WALTER VELÁSQUEZ
Biografía
Tiene 22 años y estudia periodismo en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, donde actualmente cursa el séptimo ciclo.
En sus tiempos libres, se dedica a la poesía ya que podría considerar que es uno de sus pasatiempos favoritos.
Ha tenido el placer de participar en recitales y concursos, donde compartía sus mejores poemas al público. Ha podido realizar 4 trabajos poéticos:
-3 antologías poéticas
-1 plaqueta poética.
Entre lo que más destacan, es la antología ¨El Dolor de la Tinta¨, la cual significó su primer trabajo poético, a lado de otros talentosos poetas.
ANTROPÓLO
DECEPCIONADO
Jorge es un pata de 22 años
que cada fin de semana se va celebrar en un antro ubicado en Jirón Carabaya 945
Cercado de Lima, para socializar, bailar, gilear, agarrar y dormir. Tiene
amigos, pero son sanos, de los que les gusta una buena partida del famoso juego
Dota 2 aunque también disfrutan un buena de Póquer. Pero, a Jorge no le vacilan
esas cosas, ya que se considera un chico maduro y no un chibolo, a pesar de que
su edad diga lo contrario.
Antropólogo en la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Jorge ve ese antro como la perfecta
oportunidad de darse un chapuzón de cerveza helada, para alejarse de sus temas
académicos y encontrar un momento de paz. Otra cosa que le encanta es no poner
ABSOLUTAMENTE nada para la entrada a dicho o local, o incluso para consumir
cerveza, porque cree que se lo consigue mediante ser sociable o entretenido.
¿Su peor debilidad?, el
baile. No le gusta el reggaetón y frecuenta un poco la salsa porque en su
familia todos son salseros. Por más intento que haga, sus pasos son horribles y
poco originales, causando que las chicas pierdan el interés total en él, pero,
a él poco le importa porque al final solo lo hace por ser extrovertido. Eso sí:
muere por sus rolas, cuando se trata de Joy Division, Soda Stereo, Blur,
Molotov, Loquillo y los Trogloditas y entre otras bandas, el brother se tira al
piso para vivir el momento mientras que otros sujetos lo miran de manera
extraña y asqueable.
Al terminar una clase, un
sábado por la tarde se dirigía a su casa para investigar en las redes sociales
qué eventos ocurrían en la famosa movida limeña. Él no solía asistir a dichos
eventos porque sabía que al final no iría. Solo en aquellos que le llamaban la
atención, ponía un “me interesa” para así confirmar su participación.
Tras varias horas de
búsqueda se encontraba con un antro ubicado en el mismo Carabaya, como a cuatro
cuadras, cuyo número de dirección es 815. Las dudas se aferraban a él, pero al
final después de meditarlo, mandó a la mierda todo y se fue a dicho lugar.
Al llegar, vio de que se
trataba de una fiesta con temática de New Wave e Indie Rock, algo similar al
lugar que solía frecuentar. Jorge comenzó a sentirse cómodo y a hacer sus
famosos pasos de baile, todo de una manera alegre y divertida. Hasta que llegó
una chica de cabello negro con una mirada de curiosidad. Al verla, el corazón
de Jorge comenzó a bombear, sus venas se pusieron heladas y la baba le salía de
su boca. En ese instante Jorge sentía que era su noche para destacar. Al
acercarse a ella, iniciaron una pequeña conversación y descubrió que también la
joven estudiaba la misma carrera en la misma universidad. La emoción de Jorge
era exageradamente notable, hasta el punto que puso la cara de idiota. La joven
no entendía el porqué de su reacción y decidió sacarlo a bailar para quizás
tratar de romper el momento bizarro y extraño, ocasionando que Jorge se ponga
más feliz. Después de unos arduos bailes y abrazos, la joven le propuso ir a un
lugar distinto, y Jorge sin pensarlo dos veces dice un sí.
Resultó que terminaron yendo
al mismo lugar que Jorge frecuentaba, ubicado en Carabaya 945. Ahí comenzó a darse cuenta de que quizás no
era el único que frecuentaba dicho espacio y que al final podría encontrar a
alguien que le completara ese vacío de ir solo. Al entrar, se toparon con gente
vomitando, bailando, insultando, peleando y durmiendo. Ambos comenzaron a
bailar la canción María Magdalena de la cantante alemana Sandra.
La chica notó de que Jorge
estaba algo perdido por ella, causándole una especie de curiosidad. Después
ella le pidió a Jorge comprar unas dos cervezas heladas que él aceptó
inmediatamente. En dirección al sitio de compras se topó con una cola inmensa,
causándole una enorme ansiedad por la prisa que tenía por regresar al lugar
donde encontraba la chica. Después de unos 10 minutos, Jorge obtuvo las famosas
cervezas. Al regresar al lugar y se topó con algo chocante: la joven estaba besándose
con un tipo de manera apasionada y excitante.
La rabia y decepción de
Jorge corrían por su mente, con deseos de querer darle una paliza al tipo, de
romper las cervezas en el piso. La joven al verlo le dice que, si ya tiene las
cervezas listas, ocasionando que Jorge se quede completamente mudo.
Jorge buscaba alguna
explicación y ella le dijo que no existía tal explicación y que solo fue
utilizado para cumplirle un favor: traerle algo para beber y luego compartir
esa bebida con alguien que no fuera él. La rabia de Jorge no esperó más para
desbordarse e inmediatamente rompió las dos botellas. La joven fríamente le
respondió que su amigo, el del beso, le conseguiría otra, agradeciéndole a
Jorge por hacerle guardar dinero.
Jorge perdió los papeles y
salió del lugar pateando la puerta, ocasionando que los vigilantes le
propinasen una merecida paliza. Después caminó por la calle llorando y
lamentándose de su decisión, mientras que unos señores lo observaban de manera
burlesca. Jorge comenzó a meditar y decir: “es hora de buscar otras opciones de
distracción”. Eran las 2 de la madrugada, Jorge fue a su casa y llamó sus
amigos para contarles lo ocurrido. Entre recomendaciones y lamentaciones, le
propusieron un duelo de Dota 2 e inmediatamente Jorge se lo instaló para jugar.
Al parecer, terminó convirtiéndose en lo que más odiaba: un chibolo dotero.
FIN.
BUEN SERVICIO
Nuevamente el antropólogo decepcionado vuelve a ser
protagonista, solo que está ocasión es especial y cómica. Después de estar
decepcionado, golpeado, desilusionado y bajoneado por su chiquilla de la misma
carrera y de su misma universidad, Jorge decide volver a las andadas de las
noches bohemias del Centro de Lima. Sus viajes a las distintas partes del país
para estudiar las culturas de las diferentes tribus y sus largas madrugadas de
Dota 2 con sus compas le duraron poco, pues el todo necio decide regresar como
matador y buscar lo atractivo y fresco de la calle. Esta vez no iba a la calle
Jirón Camaná 945, sino más bien bajaba una cuadra más para caer al mismo jirón,
pero con el número 830. Dos pisos, tres ambientes (uno de salsa/reggaetón, uno
de indie y otro de pop). Jorge en su cabeza decía: "La última vez me
dejaron como un completo huevon, encima misio y borracho. No más chicas de mi
carrera y ni más confianza rápida. Hoy me comporto como un tremendo
desgraciado, carajo".
Al subir a la zona de salsa/reggaetón, Jorge se sentía incomodo
y desconocido. Pues lo suyo era la zona wave y Bizzarre Love Triangle a las 3: am.
En esa zona solo pasaban Salserín, Victor Manuel, Camaguey, Rosalia, J Balvin y
entre otros artistas de los mencionados géneros. Las chicas lo miraban raro y
con gestos de burla. Fue a la zona de pop, sus oídos casi se rompen al escuchar
"Señorita" de Camilla Cabello feat Shawn Mendes. "Putamadre, yo
buscando algo nuevo, pero no logró acoplarme maldita sea", sostenía
desesperadamente Jorge. Finalmente
regreso fue la zona que más se le pegaba: la zona indie y ahí saco su lado demoníaco
bailable. Tiradas al piso, bañadas de cerveza Pilsen, invitadas de gaseosa con
ron e intentos de gileos. Jorge estaba feliz, hasta que volvió a ver a su peor
pecado: la famosa antropóloga. A Jorge se le pararon los pelos, su corazón
comenzó a palpitar y su mirada estúpida se hizo presencia en su rostro. "No puedo creerlo carajo. Qué conchuda
esta flaca para venir aquí. Mierda, ¡comportarte Jorge! Haz que nunca las visto
y sigue haciendo lo tuyo que los vas haciendo pajita", pensaba emocionado
Jorge. Hasta que su famosa amiga puso su mirada en sus ojos fríos, se acercó y
le dijo esto.
─ ¿Te acuerdas de mi verdad?,
─No, ni mierda. No recuerdo haberte visto antes ─dice enfadado
Jorge.
─ ¿Estas dolido por lo de la última vez, verdad? ─Pregunta
sonriendo.
─No, para nada. Entiendo que eres una orgullosa de mierda, pero
no puedo hacer nada al respecto. Es tu forma de ser, tu forma de actuar y la
forma en como conquistas tus premios.
─ ¿Ósea te parezco que soy una pendeja? Puta, que machirulo eres
weon. Sabes, quería reivindicarme contigo, pero veo que te quema el hígado por
lo que hice la otra vez. Alaos, chibolo sano.
─Espera. No quise expresarme así, solo que me siento dolido
desde aquel momento ─decía triste nuestro personaje en cuestión.
─Pero igual suenas machista, ¡cojudo! ─hablaba enojada el crush
de Jorge.
Tras comenzarse a irse su enojo, le dice esto:
─Mira, ¿Te parece si vamos por unas chelas para olvidar lo
anteriormente? ─Es aquí donde Jorge en su cabeza sentía mariposas coloridas
bailando en un jardín. Su esperanza volvía en él. Sus ansias para conquistar a la famosa
chiquilla corrían en él. Jorge estaba motivado. Fueron a la zona indie a bailar
y beber unas heladas Pilsens. La compañera le ponía todas las cervezas, para
que así su sonrisa deslice de manera estúpida e imbécil. Parecía que todo iba
bien, e incluso Jorge pidió permiso para ir al baño para ir a orinar.
"Me hice una promesa de no caer, pero ya saben: A donde
vayan, sigue el camino tú nomas", decía un excitado Jorge a unos hombres
que también descargaban sus orinas. Tras volver a la pista de baile, el
flashback volvió ante sus ojos. La famosa antropóloga bailaba con un hombre
mayor, barbudo y gordo. Luego comenzó a besuquearse con él de manera apasionada
y sexual, todo esto antes pobres ojos de Jorge, que desconsoladamente se ponía
a llorar.
Después de terminar el acto, la antropóloga le soltó esta frase:
─Gracias por el rato. Has sido un buen servicio, hasta que llego
otro, y mucho mejor.
Esta vez a Jorge no hizo un berrinche, simplemente se marchó y
huyó a la famosa Plaza San Martín para reflexionar lo ocurrido. De repente, se
aparece un hombre alto y robusto, buscando algo de manera desesperada hasta que
ve a Jorge.
─¡Hola, que tal! ¿Cuál es tu nombre? ─le pregunta el hombre─
Jorge ¿Y el tuyo?
─Matías, y tengo 30 años.
─Y dime, ¿Qué te trae por aquí? Es raro ver a un hombre de tu
edad ver por esta plaza a esta hora.
─Nada, reflexionando de la maldita vida ─dice Jorge.
De repente Matías de una manera sospechosa y llamativa le suelta
esta pregunta:
─ ¿Y das buenos servicios?
Nuestro personaje lanza una mirada de furia y pide a gritos al
hombre que se vaya del lugar antes de que sus puños arruinen su rostro.
─Lárgate, mierda. Vete de aquí antes de que te saque tu putamadre.
─Ok, discúlpame, pero, si gustas te la puedo ya sabes que en
otro momento.
─Lárgateeeeeeeeeeeeeeeeeeee, maldita sea antes de que te saque
la reputa ─Grita furioso Jorge.
Matías se va, al igual que Jorge, solo que este ve con dirección
a su paradero para tomar un micro que lo lleva directamente a su casa. Sentando
cómodamente en un asiento, comienza a reírse escandalosamente, soltando estas
palabras:
─Pucha, ahora no solo doy buenos servicios, sino que también me
buscan para ello. Algo de especial tengo, carajo. Ojalá un día me dé cuenta,
aunque solo por ahora mis únicas habilidades son estudiar las distintas tribus
del país y utilizar mi Pudge para ser un capo en Dota 2. Ojalá estén esos
huevones para meterme un dotita, carajo.
FIN
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