jueves, mayo 09, 2019

Eduardo Saldaña Terrones


EDUARDO SALDAÑA TERRONES

Biografía

(1995) Trujillo-Perú. Estudia ante las faltas a clases y ebriedades del horario en la UNT la carrera de Lengua Nacional Y literatura. En el 2019 Ha publicado la plaqueta/intento OVITUARIO bajo la editorial Trujillana Paloma Ajena Editores. Ha participado en varios recitales entre la joda y la felicidad de los vasos, y está preparando su 2do libro. 


Sus poemas


1. Sin fecha de caducidad


Entonces te conocí un lunes de resaca, mientras acariciabas la mirada lasciva de los peatones que atravesaban la calle con un tráfico de hormigas hambrientas.

Entonces pregunté tu nombre y me respondiste que no hablabas con desconocidos, mucho menos con un espantapájaros con la sonrisa cocida.

Entonces aprendí a llegar hasta ti, purificado ante una canción de Bach y 123 excusas para no resignarme y solo volver a encontrar mis manos frenéticas.

Entonces te invité a salir y dijiste que las calles sin nosotros eran mejores pero que los parques después de las doce son ideales para aprender a hacer el amor.

Entonces te miré las piernas por primera vez.

Entonces enloqueciste en el rubor de tus gestos, cuando empecé a contarte la historia de los años que conviví con la sombra de tus ojos hasta reconocerte en el eufemismo de la esta ciudad psicótica.

Entonces aceptaste ser cómplice del crimen por incendiar un ocaso como si arrojáramos los cuerpos desde un edificio en llamas siendo rescatados por serafines vestidos de enfermeros que nos atendían sin usar recetas médicas.

Entonces intenté describirte, con frases en forma de insectos devorados por los miles de lagartos que dormían en mi lengua.

Entonces trataste de hablarme sobre tu pasado, pero no quise escucharte, solo caminamos hasta la Plazuela del Recreo que era un baño público de cometas y constelaciones que se dibujaban en la desnudez de tu espalda.

Entonces creí tener el secreto para un poema pésimamente cursi posmoderno vanguardista romántico arrecho y con síntomas de todas las alucinaciones que se delineaban cuando nos besábamos los ombligos.

Entonces te regalé ese poema antes de desecharlo junto con otras cosas que jamás prometí. 

Entonces tus llamadas, los martes por la mañana fueron reconstruyendo mi infancia perdida en una exhalación de nube gris.

Entonces me inspiré con la mariposa de tu fémur  y un gusano cíclope aprendió a volar dentro de ti.

Entonces falté a clases para besar tus senos mientras escuchábamos el sound track de nuestras voces en forma de caballos de cristal que lloraban en el agua.

Entonces el delirio de los cuervos que traías bajo el rímel fue tan puro que se vio reflejado en todas las confesiones de amor con grafiti sobre las paredes de mi barrio.

Entonces solías andar descalza con tu pantalón de chica hipster escribiendo con tu lápiz labial vino esas instrucciones necesarias para lanzarse desde un puente sin paracaídas. Pero yo no era Celán.

Entonces trasmutamos la piel hasta ser dos insectos masoquistas al final del arcoíris desheredados de la belleza que se contempla a solas.

        (Entonces te dije que lo eras todo.)

Entonces por fin, quise saber sobre tu pasado, pero no respondiste más que flores amarillas.

Entonces empezaste a aparecer en cada pensamiento neuróticamente excesivo y anhelé saber a dónde te habían llevado los micros que no tomamos juntos.

Entonces tus caderas hicieron que mi saliva fértil fuera la respuesta para el secreto del polvo en los cosmos.

        (Entonces tú dijiste que yo no podía serlo todo)

Entonces reprobé materias de línea, solo por acostarme contigo intoxicado con el desorden de ser el único m.l.embro que podía desabotonarte las horas.

Entonces ya no supe nada de ti.

Entonces me pediste tiempo.

Entonces te vi besar a tu novio.

Entonces dejaste de seducirme con tu boca de virgen abusada e intenté llamarte desesperado, desde casetas telefónicas descompuestas.

Entonces se fueron a la mierda los domingos tanto que sentí la soledad de los columpios oxidados en los parques.

Entonces pregunté por ti de madrugada a las meretrices que mastican chicles y no tiene un precio exacto igual al tuyo.

Entonces salí a buscarte enloquecido como una rata perseguida por la luz.

Entonces no contestaste ninguna carta, verso, llamada, humo, llanto, grito, pregunta, trastorno, ruego, perdón, o alguna excusa mal expuesta.

Entonces el THC me devolvió la halitosis de esas alucinaciones coloreadas con fragmentos descompuestos de las fotografías tomadas con tu mirada desierta.

    Entonces Jorge Espinoza Sánchez en su cuento: “por los siglos de los siglos muñeca mía” hubiera dicho que nuestro caso fue su deja vu más efímero.

Entonces te escribí un poemario inédito donde los únicos signos son cardíacos y hasta ahora he decidido publicarlo.

Entonces volvió a ser lunes estoy ebrio y nos hemos acabado de encontrar tras nueve meses de resaca, pero no quiero acercarme, porque tú no hablas con desconocidos.


2. Después de leer el cuento "Jabón" de Onetti o algo así


Cuando era chico
todo era más fácil
pero envidiaba el vientre de mi madre
porque yo solo sabía adoptar un corazón robado
en la bragueta
y porque de mí no ha nacido nadie.
Cuando era chico
mi padre me dijo, debes ser un satélite
en este estiércol suspendido
debes escupir sobre el ala de los ángeles
o ahorcarlos cuando te digan que existen
debes encontrarte con un par de piernas
que se abrirán ante ti como un pavo real excitado
o como el semen de la luz...
debes...
pero, me miró los miembros indefensos y supo
qué cosa le respondería.
Cuando era chico tuve un amigo imaginario
que sufría el asma de Ismael desenterrado
y una novia que me pedía la besara en la boca
no bajo el ombligo.
Pero ya no soy chico,usó tacones.


3. Numen

 (Dedicado al polvo estelar
que no hizo más que nacer delirios castos.)


marcar tu número telefónico
    era como buscar
        la dirección de tu casa
de la calle de la morgue
        de un hospital
     o del cementerio más próximo.

Por ese último taxi
    que nos separó kilómetros
y el vestido negro que usabas
    que me gustaba tanto
no porque te ceñía las caderas
si no, porque parecías el Hada
   a quien Peter Pan
le podía confesar
  que ya no era un niño extraviado
después de su primera excitación.

 He traído a la memoria ese coito
                con tu sudor
       eyaculando caballos blancos
alucinando en madrugadas adormecidas
volando cometas de fantasías caníbales
y volviéndome pájaro
para retornar al abism0
   que hay
      cuando cruzas las piernas.

No sé qué nos decíamos entonces,
     algo sobre la muerte
que me mataría a los 27
        y que por favor
no vayas al funeral,
al menos no, maquillada forzosamente.

Tú      mirándome como a un animal
desalimentado sucio y mal vestido
    al que no podías acariciar
porque estaba enfermo.

Me mirabas,
   y
dios se acordaba de mi nombre…

Subíamos al micro, te sentabas
      del lado de la ventana
la ciudad era una alucinación de  
            Van Gogh
antes de c
              a
              e n
              r ehabilitacion

y nosotros la retratábamos
     hasta el paradero
donde nos despedíamos con 300 gramos de deseo
y 1kg de perfume del éxtasis
bebido por nuestros dedos…

Ahora.
En esta habitación de museo
   donde te tatúo en las paredes
porque de alguna forma debo
                         /expulsarte
todo,
solo,
huele a semen…



4. La geografía humana de los espasmos
               empieza desde tu himeneo consolador
hasta mi lengua de gacela herida, saboreando ese hoy(.) dulce, donde comprendí
tras el acto de nuestros cuerpos y su tacto equilibrado
     entre un jadeo líquido y violentamente atigrado,
que jamás, miles de niños esquizofrénicos serán adoptados por tu vientre

(2 psicóticos tocándose en la oscuridad nombraban planetas a los lunares del otro)
            
      encerré mis últimas aspiraciones en tu cajetilla de cigarrillos a medio usar
pero ya no te preocupes por mí
          las anfetaminas solo son calcomanías de colores sin fecha de vencimiento
mientras huyo de tu imagen fotografiada en todos los anuncios de publicidad
          llegando donde las aceras malgastadas de mi barriada
contemplando el rubor de los chiquillos
         que alinean su aliento con bolsas de terocal
y me pasan la voz aunque saben que no puedo entrar a su edén sodomizado
   yo solo entiendo de sentimientos puros
pero quisiera junto a ellos tener visiones sin depender de tus muslos
                          oh Galatea virgen engendrando confesiones obscenas
  un fauno ardía como el árbol del monte Sinaí
humedeciendo el paladar de las bestias filántropas dormidas bajo mi sexo

es tarde, mi casa ahora lubrica escombros tras tus últimas palabras
   desde entonces habito en los muros de un grito
y todo ha sido en vano
los estados etílicos solo personificaron mi demencia más huraña
     es contigo con quien me enfrento en la jornada de la musa insomne
por eso que arrojé mi corazón como un kamikaze
             hacia los postes con orina y allí también estabas
¿qué dioses caníbales fotografiaran mi caída como el último beso de un suicida?       
   las hadas se convirtieron en moscas celestes desde entonces
ya no me sirve la fe
  solo creo en el sol como un clítoris saboreando la castidad de los decapitados
y yo, tengo los brazos y las piernas para sostenerte
                                   en cualquier catre alquilado
porque he de volver al lugar del crimen como un mesías predicando su propia muerte



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