lunes, junio 24, 2019

Jaime Gamarra Zapata

JAIME GAMARRA ZAPATA



Biografía

(Talara, 1975): Escritor, editor y sociólogo de la UNMSM. Colaborador de revistas de Literatura, Ciencias Sociales y Derecho. Articulista del magazine Open Cusco. Editor de Ausente ardor de arena & algarrobos. Antología de la poesía piurana contemporánea. Traduce poesía norteamericana.


Sus poemas



En memoria de Jaime Gamarra Corrales



Rímac

Tú caminabas por Pancho Pizarro
A fines de una década gloriosa
Una Lima señorial agonizaba
Callejones sinuosos como sierpes /
De tus días / en boscosa soledad
Tú me haces falta
Cantaba en la radio José Feliciano
La alameda rezumaba vanidad /
Derruidos palacetes / donde vagaban
Fantasmas y alegres roedores
Exhalaban nostalgia / y una calle
Con nombre de cultura preincaica
Miraba pasar tus días
Displicentes y sin nada de nostalgia.



Yanahuara a los 16

todo en ti es calma / & orgullo
no tempestad
no turbación ni lamento
tus pasos son trepidantes
como los de un leopardo
en plena sabana
tu porte es majestuoso
y las mozuelas lo saben
tus días serán innumerables
y tus noches arborescentes
serán celebradas en poemas y cantos
de nictálopes y trovadores
legendarios.



Infancia

yo caminaba descalzo
por la arena mojada
de una playa lejana
un ser imponente
y fuerte era mi guía
un yachaq legendario
de poco más de 30
sobreviviente heroico
de fulmíneas jornadas
ávido de brisa
y orgulloso
conquistador del trueno
seres del mar me animaban
tiernamente
y lento era mi andar
mas apacible / y sonriente
a la sombra de mi padre.



Pater

No puedo dejar de recordar
Tu sonrisa y tu voz
Como dos arpegios
Escuchados en Yanahuara
Una mañana sin nevada.
Qué ademán en el espejo
Fue el preludio del combate
Supremo y cotidiano.
Qué signo devino en brizna
Mientras tu voz esplende
Como sílaba sagrada.



Remembranza de otoño

He de seguir tras los pasos
de una estirpe bravía
gestas legendarias
como constelaciones
centellea el viento
en las ciudades que fueron tuyas
(Norte, Sur, Centro y Oriente)
y una melodía de tu juventud
me embargará de saudade.




Elegiaco

No puedo encontrar un poema acertado que hable de los dos
Las ciudades que habitamos lucen desoladas y nos evitan
Solo sombras y acordes distantes nos avisan que toda reconvención
Es como una plegaria inútil
Y el vaticinio de las olas es como un crujir inmemorial
De casas derruidas
Solo el eco de tus pasos
Se mantiene seguro
Inmanente.



Los 60

Todo fundamento es caos / poiesis / energía libidinal
sublimada a ritmo de bolero y twist
Marcuse / los Rolling Stones y Herb Alpert &  Tijuana Brass
como bombas molotovs /
tu universidad como un pequeño laboratorio
para conspirar / cubilete para el ocio creativo
Lima no era la de ahora
Yanahuara era solo un lejano recuerdo
como tu infancia de nodrizas y campiñas
tus amigos tras los mismos ideales
que tú y en las marchas /
recordabas los días del colegio militar
patria o muerte / mientras un cigarrillo
te obsequiaba el aroma de la molicie
y de la altivez
todo fundamento es caos / locura / placer
por esos años de revueltas & guerrillas
de cafetines donde se gestan grandes trifulcas
y sueños de justicia
la ciudad era apacible
Aun cuando el tranvía se averiaba
mientras transitabas desde el Rímac hasta el Centro
y mucho más apacible cuando visitabas al abuelo Nico
y olvidabas los malos ratos de una infancia solitaria
qué recovecos y largas avenidas
acogieron tus pasos trepidantes
qué tribulaciones se desvanecieron
ante largas bocanadas
y noches de bohemia
junto a tu fiel compañero Enrique
recordando a los rebeldes del MIR caídos en 1965
yendo al estadio de fútbol
para alentar a tu equipo de La Victoria
esquivando los sinsabores
y las cachiporras de los búfalos
cortejando a Eugenia
escuchando la endiablada música de los 60
y la universidad de ingeniería era más que tu alma máter
era una ciudadela mítica
sin tantas facultades
y el espíritu del Che destellaba
ante cientos de futuros ingenieros
con el puño en alto
y estandartes en ristre
como medallones relucientes
como montañas níveas bajo el sol
junto con tu gran sarcasmo
ese que pocas veces comprendí
y tu risotada franca y fuerte
que hoy lo llena todo
aminorando mi dolor.



Coda

Fellini, Pérez Prado, Los Panchos, Lucho Barrios
Y un sinfín de huariques
Fueron testigos de excepción de tus idas y venidas
Por la ciudad y sus escaparates
Por la ciudad y sus marquesinas
Que te vieron recriminar a los policías
Con desgano
Y esa sonrisa / acerada
Retratada en fotos
Cómo olvidar tus tiernas admoniciones
Tu voz / enérgica y humosa
Como tus días / por aquellos gloriosos años.



Ancestros

Espíritu que habitas en el cactus del San Pedro
Espíritu que deambulas por los médanos / que resplandecen
Mi abuelo Felipe Zapata te conocía
Y te musitaba al oído las más dulces palabras
Antes de sanar / a mi madre del chucaque cotidiano
Era bravo el viejo y sus manos curaban /
Como las olas que observo cada tarde
En este mar chúcaro / adonde me escapo
Siempre que quiero estar solo y sin amigos
Espantando las penas
Y comprendiendo a mis escasos dieciséis
Que la soledad no es una opción /
Como espantar el mal para mi abuelo
Tampoco lo era / espíritu del San Pedro
Aleja esta nostalgia absurda que se me pega
Como mosquito famélico, aléjala
Para que se ahogue en el horizonte
Donde moran esas plataformas petroleras
Tan esbeltas y en total soledad.



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