lunes, junio 03, 2019

Luis Enrique Yáñez Pacheco


LUIS ENRIQUE YÁÑEZ PACHECO

Biografía

(Arequipa, 1931): Poeta, maestro e incansable promotor cultural. Es autor de Nueva poesía arequipeña (1955), Nuestra Ventana (1963), con prólogo de Alberto Hidalgo y difusor de la narrativa peruana con su obra Cuentos Peruanos (2 volúmenes 1970). Sus poemas han sido recogidos en Poesía revolucionaria del Perú. Antología (Ediciones América Latina, 1966) y en Repertorio poético arequipeño. Antología básica (Gobierno Regional de Arequipa, 2010). Director de la revista Canto General.


Comentarios


"Algunos de los poemas del maestro y poeta arequipeño Luis Yáñez, los más emblemáticos, son como himnos antiguos de combate (pensamos en "Hijos del pueblo"), que ya pertenecen al imaginario popular, que sabe tan bien rememorar las luchas y las conquistas sociales de un pueblo enérgico. Su primer libro de poemas fue prologado por el mítico Alberto Hidalgo. Sus poemas han aparecido en antologías famosas desde los 60 y en revistas de tiraje modesto. Lo reconocemos como un auténtico maestro de las generaciones más jóvenes”. 

Jaime N. Gamarra

Sus poemas


Arequipa, tu nombre

He preguntado por ti
todas las tardes;
y sé que eso no basta.
Ciertamente,
no basta
que en medio de la ausencia
me ponga a deletrear
el libro de las tardes.

Pero para llegar
hasta tu nombre,
Arequipa,
debo desenredar la luz oscura
y el tiempo
y los gorriones:
ruidosa pena
que arde en la verdura.

Para llegar a ti
debo desenredar
también tu nombre.

Entonces,
sin testigos,
en calma,
como un rumor que en la mañana brota,
encontraré tu nombre
hecho una espina rota,
rota en mi corazón,
clavada en mi alma.  



Arte poética

Por si acaso,
por si necesitáis
mi filiación
para que las teorías y la metafísica
no sean requisitorias
contra mi muerte,
voy a decir
cómo se escribe un verso.

Nacer a la vida
y ser apaleado

Cruzar con urgencia la niñez
y ser apaleado

Amar
y ser apaleado

Estar en la verdad
y ser apaleado

Una pausa
porque el lomo del hombre
no es tan fuerte.



El camino

Hermoso es el camino
que lleva a la ciudad,
rodeado de montañas
cuyas cimas
besan el cielo.

Un gran camino
por donde se abren paso
todos los hombres,
los que siguen la huella del sol,
los que nunca se detienen
y
saben que la luz
se alza temprano
al otro lado de las tinieblas.

En la ciudad
espera el amor
que
luego vivirá
junto a nosotros.

El camino es la vida
y tú y yo,
los nuevos caminantes
que heredarán
la Tierra.



Será un viaje de tren

I

Para qué disponer
el viejo mapa
del tiempo
si hay un andamio trunco
que exhibe las horas
enlutadas.

Y para qué nombrar
cosas y gentes
más allá de su sol
y de su tiempo.

Tal vez un sueño
asalte a la esperanza
y vuelque la ceniza
de la patria
en los sueños.

Tal vez pase esta hora
en que el poeta no canta,
este dulce silencio
que criba la distancia.

II

Será un viaje de tren
bajo la noche
con novias,
con hermanos,
con lluvia intensa
y trigo en las montañas.

Será un viaje de tren,
cercana el alba,
con saúcos,
con ríos,
con luz dispersa
entre las cosas diarias.



LA ÚLTIMA CENA

Asistiré a mi última cena,
acercaré a mi boca
un trozo de cerdo con nabos.
Le quitaré a mis versos

las proclamas,
sus airadas espinas,
su manía espontánea.
Mi sangre pulsará

aceleradamente,
lanzaré mi cuerpo en llamas
al seno de la tempestad
y llegará hasta el amor
entre deseos y milagros.



La poesía

Poesía:
sonido límpido
y sin eco.

Te escucho a solas,
mi alma solitaria
busca tu ritmo.

Me asomo a la ventana
y toco el cielo,
percibo el color de tu sonido.

Tu música me envuelve
en una atmósfera dorada,
cuyo brillo reverbera
en el silencio.

Amo el sonido
y su color de fuego. 


Publicación a cargo de Jaime N. Gamarra













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