lunes, junio 03, 2019

Valeria Asto Carbajal


VALERIA ASTO CARBAJAL


Biografía

Arequipa 3 de diciembre de 1999. Estudia Literatura y Lingüística en la Universidad Nacional de San Agustín. Ha participado en dos concursos de creación literaria – Letras Arequipeñas 2015 del cual obtuvo el tercer puesto categoría cuento con el titulo “Musa de mi llanto” y el otro en 2016 en el cual obtuvo el décimo puesto con el título “Por si vuelves a nacer”. Integra la orquesta de cámara Brahms 15 de agosto. 


Sus poemas


MEMORIAS
                               
[Mientras que después de tres rones,
 y dos cajetillas de cigarros, 
el manantial de mis ojos desborda 
dolor.]


Noches turbias ultrajan mi pena,
sed y dolor se avecinan.

En la periferia agreste universitaria,
acurrucados al desastre
          dos,
                seis,
                       diez,
camaradas esbozan un encuentro
y con oleos pintan la existencia de
           uno,
                   tres,
botellas del elixir de la juventud.
Entonces,
comienza el ruedo.
                                  [Mi corazón advierte,
                                   herido anuncia
                                   que pronto la voz de mi silencio se hará conocer
                                   y todo lo que he callado,
                                   amenaza]

Trasciende la primera ronda
y el camarada uno
destapa el sepelio/blasfemias
que me han padecido.
         Negación,
                   ausencia,
                            silencio.

Unos brazos calurosos
Abrigan mi corazón.
              volteo,
                       lo veo.
Y amor es todo lo que siento por él.

Llega el primer elixir,
cual princesa derrotada y en constante recuperación,
mis memorias me despiertan
en un castillo custodiada por el dragón del pasado.
                                [Miedo tengo,
                                    redundo,
                                     poseo
                                     de encontrarme en tan poca talla
                                     en medio de varios mundos literarios.]

Retrato en un amargo cigarrillo,
la noche arrinconándome
en los arcaicos baños universitarios,
golpeando de mi
sombras que desahuciaron mis intentos de paz,
la noche en la que se empeñan a construir/difundir
las minorías,
mi quebranto.

Maldigo con ira
una y otra vez,
y que esta maldición caiga sobre aquel séquito
de sales infundidos
opresores de mi paciencia.
                               [Y vómito -maldita sea-
                                 sus mentiras.
                                 Ha de ser por esto mi dolor punzante en la cien,
                                 que me produce vómito.]

Trasciende la sexta ronda
y el camarada ocho pone en descubierto el agrio aroma del tiempo/insuperable
                  negación,
                             ausencia,
                                         silencio.

La Luna persigue mis suspiros
y pestañeo tras pestañeo
sueños de antaño
           envenenan,
                        aumentan,
el borrador de mis deseos.

                               [Dios sabe que lo intenté ayer,
                                 pero hoy
                                 desconozco la tiranía vertida
                                 de mi TEC-DC9]

Esta estocada en el corazón,
se cubre de una sumisa alegría de seda
que llora cuando el sol marca la hora
del almuerzo,
           dolor,
               quejas,
que nadie podría entender.

Son incontables las veces que he deseado ser
como las hojas de las plazas donde siempre sollozo,
-me sirvo otro vaso del elíxir- quisiera ser,
cómo esas hojas que se las lleva el viento -exhalo mi décimo cigarrillo-

La audiencia de mi panteón
ha estallado por cuatro años los turbios latidos de mi corazón,
                 piden,
                            reclaman,
                                       esperan,
 mi cabeza en una bandeja de plata.
Señalan con la punta de sus dedos
cristianos pecados
deudos,
desbaratando algún cariño/apoyo
que nadie se atrevió darme.

-regreso la mirada a mi hombre-

¡Ay palomita!
Fulgor, picaflor mío.
Si tu no estuvieras,
el estallo de mi furia acabaría
              conmigo,
                   con todos.
Hoy,
en tus manos encuentro calma
y en tu ausencia mi delirio,
           Arropa,
                 Enciende,
                         Abriga,
mis tristes inviernos universitos.

-sostengo sus manos-

Que se quemen mis párpados
cuando al pronunciar su nombre,
él no esté.
Porque…

¡Ay palomita!
Fulgor, picaflor mío,
moriría si una de mis balas te alcanzará a ti.



EN ESTE MUNDO

Cuando esté en el otro mundo
Lloraré lo pueril de éste.
Mi cuerpo pedirá volver,
 pero mi alma se habrá de acostumbrar
Sola y vacía.
Mi violín curará las heridas de amores mundanos
Llevándolos al sepelio de mi esperanza/olvido
Y con una sobrecarga de tonos apagados
Les cantaré la tristeza de las estaciones
Que han dejado en mí.



PARANOIA

Siete nuevas líneas paralelas aparecen en mi piel,
Como escamas amenazan mi tranquilidad mental que va
En declive.
El guardián de las cuchillas debe no verlas hasta el día de mi partida,
Quizás
El aumento de mi pena se exteriorice con este comienzo.
Volveremos,
Mi fiel amiga a destrozarnos la piel.
Y así tranquila me iré cantando
Como un picaflor, sin voz,
de flor en flor.



 LA ESPERA

En las calurosas calles esperando estoy,
Sesenta personas pasando,
Una por minuto.
Este silencio que hiere
Mi corazón.
“Y así pasarán mis días… y cansado me sentaré en las orillas de aquel río.”



EN EL OTRO MUNDO

En los suburbios de las élites clandestinas
De la sociedad norteamericana
El recuerdo me remonta su nombre … y lloro.
Interactúan mis versos con tu ausencia/indiferencia
Sobresalen sepelios de mi esperanza/amor a ti,
Contextualizo nuestra situación/relación
Y veo en tu conducta una pizca/muy inmensa
De tu desgano/rechazo
Enamorada de un amor ausente,
Margino tu discurso de despedida
Mientras reflejo mi realidad en las pupilas.
Uno a uno sale de mis ojos como cántaros miles de porqués
Pero atino a no decir nada
Mientras veo tu sombra alejándose/desapareciendo
En el atardecer.



N.N.

[Estos versos se leen en compañía
del bello arte de la música,
 amor herido – Karla Sofia]

Recuerdo que solías hablarme de tus tertulias fúnebres y marchitas,
De tus ganas de no querer amar ni ser amado,
De tu segundo plano estático inquebrantable/ inexplicable.
Hoy con el corazón roto
Reclamo a tu ausencia aquel cariño que te di, cuánto te di,
Regresa palomita
A devolverme ese amor.
Luego si quieres te puedes ir.
Si, anda. Vete, vuela lejos.
“Si el recuerdo a mí no me mata
Vaya con Dios adorado mío,
Pero eso si negro del alma
Cuidado que el mundo es ingrato…”
Estoy curtida de verme envuelta en el enjambre de tus
Miles
De miles,
De miles,
de mentiras
“Duele, cómo duele mi amor”
Hastiada de verte llorar en mis sueños
Y de verte venir cada vez más cerca.
Que tanto daño he de haberte hecho yo al aceptar tu partida
Para que ahora,
Cara a cara,
Evadas mi mirada.
Noches de luna llena me decías cosas tan bellas.
¡Qué pena! ¡Ay qué pena!
Ser el papel de la muchacha abandonada.



AQUÍ/ALLÁ

Me esconderé un día de estos,
me esconderé,
y con mis hojitas de coca que anunciaban vuestros abandonos,
me esconderé,
y soñaré,
y tocaré
mis huaynitos melódicos
anunciando su pronta llegada
tiernas y dulces palomitas ingratas.
Y si no regresan por lo menos
me volveré a esconder
y en lo más recóndito de la puna me hallaré
y bailaré,
¡Claro que bailaré!
mientras cae por mis ojos
agua salada,
tibia
y parca.




SUEÑO

¿A dónde irán las notas
armónicas de mi zampoña?
Cómplices de mi desdicha.
Cantos muertos en el olvido del peruano
De nuestra larga y triste historia.
Ojalá,
 en algún lugar del mundo escuches aquel llanto,
Ojalá,
y que en el despertar de tu guitarra escuches todos los huaynitos
que he cantado al cielo,
que entre lágrimas y lágrimas han desgastado mi corazón.
 Que aquel árbol convertido en viento de haberse llevado tu amor no dudó
 y que mueras por siempre en mi soledad.


BLA BLA BLA

Que no es para tanto,
¡¿Qué no es para tanto me dicen!?
Puedo sentir como mis sesos se
Exprimen al pensar en ello,
Cómo hay una cuerda dorada
Aguardando,
Esperando a que dé el último salto.
Como la lluvia trata de atravesar en forma de tormenta
Mis ventanas pupilares.

¿Qué no es para tanto dicen?
Cuando un centenar y medio de píldoras han
Laxado mi corazón.
Cuando una pistola casi atraviesa con balas de sus infamen calumnias
 sus y mi sien.
Cuando seis sobres de estricnina han llenado
Y vaciado mi estómago a lo largo de estos
Cuatro inviernos otoñales.

¿Qué no es para tanto?
Cuando en mi pecho sólo hallo una aglomeración de penas
Que sobresalta a la hora del almuerzo.
¡Si! ¡Se deja ver!
Qué no es para tanto me dicen,
Y lo vuelven a decir.
En su conciencia quedará el tormento eterno de mi desgracia
Cubierta por una sumisa alegría de seda
que transcurre indiferentemente bajo folios universitarios.



Más de ella en los siguientes links










Publicación a cargo de Nelly Patricia Orccon





1 comentarios:

Waoooo mis favoritos Aquí/Allá y N.N ❤️

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