lunes, junio 03, 2019

Márlet Ríos


MÁRLET RÍOS

Biografía


(Talara, 1977): Poeta, gestor cultural y editor. Estudió Sociología e Ingeniería electrónica en Lima. Ha publicado los siguientes poemarios: La balada de Crates y otros poemas, Como barca encallada en la arena, Senda de la desesperanza y Ancestros. Sus poemas han aparecido en revistas locales y del extranjero: Ónice, Dedo Crítico, Bocanada, TXT, Círculo de Fuego, El Bosque, Conexos (Miami), Vorágine (Chile), La City, Tajo, Socialismo y Participación, etc. Edita el boletín Anarkopoiesis. Editor de La lira rebelde libertaria (2015). Articulista de la revista cultural Open Cusco. Sus poemas aparecen en Ausente ardor de arena & algarrobos. Antología de la poesía piurana contemporánea (2017). Traduce poesía norteamericana contemporánea. Administra el blog Cero fútbol: http://cerosoccer.blogspot.com


Sus poemas

Alma-noche


Cuando no puedo pronunciar tu nombre
Respiro tu influjo incardinada Noche
Siento tu aliento desguazado
Te reconozco entre edificios abandonados farolas
Silenciosas y tugurios sin que huyas de mi aura gris
Mientras neura se resiste a dejarme
Con mis pantalones gastados y mi liviandad en ascuas
Fue amor a primera vista
Desde aquella enmierdada escuela con nombre
De escritor danés de cuentos infantiles
A caballo entre la pubertad y la desesperación
Y te busco compulsivamente
Como serial killer
Entro en tu carne de guaricha indomable
Respiro tu influjo de tótem envolvente
En esta inhabitada urbe de ramajes de fibra óptica
Donde todo está perdido
Donde la conmiseración es una chanza
Y los niños son autómatas sonrientes que destazan pajaritos
Y yo siento una pena insondable por tu partida.



A Sitka

Como una antigua canción tallán
Pronuncié tu nombre
Musitado primero
Bajo el cielo de otra ciudad.
Yo, que imaginé el color de tus pupilas,
Las líneas de tu frente
Soliviantado por
El desierto y la brisa del mar
De tus ancestros
Te escribo ahora
Con este apisonado orgullo
Como hilo sin enhebrar.
Te doy la bienvenida
Heredera de mi caótica estela
Heroína de este tiempo
Sin Piedad
Mientras evoco un mayo primigenio
Sin bendiciones ni plegarias



Poema 2 una tarde de m

tranquilo despides el día como kamikaze sublime
como general abyecto que entrega sus galones a la posteridad
como sacerdote de secta epicúrea luego de sodomizar a imberbes efebos
tranquilo te plantas
ante la autoridad más indecible más grotesca
y orinas como un gato tocado por un breve resplandor
al costado de nenúfares y templos del Buda
con la risa de un beodo feliz
que no le debe nada a ninguna rata sabionda y titulada
y partes, tranquilo,
hasta tu pequeño bastión.



Antankallo

Luciérnagas y deidades
Nos dan la bienvenida
A nuestro descenso
De la cascada en la cima.
Por todos lados brota
Una música tenue
Y misteriosa / como
El espíritu del
Puquial cuesta arriba.
La oscuridad extiende
Su dominio, pero
Mis cinco sentidos
Reverdecen –
Eres canto estival
Que quiero prolongar
Hasta la alborada.
Eres riachuelo
Primoroso donde
Deseo abrevar
Sin demora.

En este lugar
Tan lejos del tráfago
Y del hollín agitado,
Tú y yo danzaremos
Hasta que el dios tutelar
De la montaña
Nos señale el camino
De regreso a casa.



Memory

Te guié por las constelaciones + depravadas
maroquita encendida
quise ayudarte a silenciar un oscuro destello
lejos de todo y de todos
no encontré las palabras + certeras / o tal vez sí
gracias a Gary Snyder
ahora recuerdo tus muslos melados
y ese ya lejano mayo y otra vez / fue como
meterme en el rol del seductor más cojudo
no Belmondo no Valentino / ni siquiera Pepe Le Pew
y volví a caer a tus pies
maroca / siempre esquiva
Y comencé a recordar tu voz / tu llanto / tus gemidos
como un poema leído y retenido a los 17
lampo inmaturo
y tu recuerdo
como una melodía misteriosa y fugitiva
Oh musa de mi juventud perdida…



Sonqo

Los ojos te brillaban
cuando nos encontramos
aquella tarde límpida de invierno
sin garúa.
Igual que un antiguo himno obrero,
la sílaba sagrada refulgía
en mi pecho.
Tu aliento de puquial desbordado
era mejor que un par de cervezas
una tarde de fútbol.
Después, urpichay,
cuando bailamos, éramos
como un par de cometas que se rozan
allá arriba, en el éter,
sin más testigos, salvo las estrellas.


Para saber más de su obra









https://angelesdelpapel.blogspot.com/2011/09/marlet-rios.html




Publicación a cargo de Jaime N. Gamarra.

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