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ESCRITO EN MAYÚSCULA es un blog que intenta ayudar con la difusión de cualquier expresión artística sin discriminar a los autores aficionados. Se abarcará desde poesía, narrativa, música, etc. Y contaremos con entrevistas donde el autor contara por sí mismo la creación de su propia obra.

Federico García Lorca

Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio.

(La Sombra del Viento) Carlos Ruiz Zafón

Cada libro, cada volumen que ves aquí, tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien baja sus ojos a las páginas, su espíritu crece y se fortalece.

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Les ofreceremos entrevistas de nuestros colaboradores para que conozcan su obra y accedan a ella.

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Les ofreceremos entrevistas de nuestros colaboradores para que conozcan su obra y accedan a ella.

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Somos apenas un granito de arena, intentando hacer algo por el bien de nuestra existencia.

lunes, junio 24, 2019

Francisco León Carrasco







“Creo firmemente en la democratización real de los espacios”

Entrevista a Francisco León


Francisco León Carrasco (Lima, 1975) es profeta en su propia tierra y lo sabe. Su confianza en las editoriales independientes se condice con la búsqueda de una democratización auténtica de la cultura, desde su amado barrio (Salamanca de Monterrico). Conversamos con el escritor y tenaz promotor cultural, no exento de polémica.







1.              1. Tu última novela, Cartagena road (Korriente A editores, 2019), tiene bastante influencia de la novela negra yanqui. Puedes contarnos de la probable influencia de los maestros de ese género como Chandler, Hammett, etc.

Claro, reconozco la influencia de Raymond Chandler, El sueño eterno y al detective Phillip Marlowe Aunque tengo otras. A nivel visual debo reconocer el hechizo que ejercieron sobre mí películas como Chinatown, Barrio Chino, de Roman Polanski; protagonizada por Jack Nicholson y Faye Dunaway. La vi de niño y me marcó. Ni qué decir de El Halcón Maltes, basada en el libro de Dashiell Hammett, en la versión del genio de John Huston, de 1941. Humphrey Bogart sobresaliente. Ángeles con caras sucias, con Bogart y James Cagney. Me atrae del cine negro la ambigüedad de los detectives antiheroicos y la putrefacción social que muestra sin tapujos. Cosas que se encuentran en Cartagena Road.

Sin embargo,  no es lo único que podemos rastrear en el libro. Tenemos el guiño al trabajo de autores clásicos de la ciencia ficción como Philip K. Dick, por ejemplo. Existe además otro tipo de  lecturas en la obra que no debes pasar por alto. Hablo del tratamiento del tema del poder en una sociedad de control. Cómo afecta las posibilidades de la gente sin que lo perciban. Aquí las influencias son obviamente de Michel Foucault y Gilles Deleuze, entre otro. De allí surge mi planteamiento trágico: la imposibilidad de “huir” de lo que llamo “situación de control” y la funcionabilidad de las “resistencias” como se descubre al final del libro.




2.           2. Las tendencias actuales en la literatura, en un contexto de globalización y posmodernidad, han catapultado a ciertos poetas peruanos en desmedro de otros. Los hípsters han endiosado, por ejemplo, a Lucho Hernández, Jorge Pimentel, etc. y están convencidos de que la poesía peruana empieza con ellos, es decir al diablo todos los anteriores. ¿Qué opinas tú?

Me parece confrontacional tu pregunta. Que tienes una obsesión con los hípsters. Jajajaja. A mí en lo personal me tiene sin cuidado la opinión de esos poetas sobre otros poetas. Es más, pretendo mantenerme lejos de la “poesía” como se le entiende aquí. La juerga y el favor entre grupos de amigos. Ya escribí un artículo sobre ese tema, publicado en la revista Cronopio de Colombia y en Lima Gris, entre otras. Sobre el endiosamiento de Luis Hernández, un poeta al que aprecio mucho -como ya te comenté-, creo que se debe al conjunto de sus características extraliterarias. Estas lo convierten en un personaje ideal para ser un “ícono”. De ahí que se aprovechen muchas editoriales, independientes, que explotan el mito. Pero eso no es un demérito para la obra en sí.




3.         3. Eres profeta en tu propia tierra. Además de ser escritor, eres un tenaz promotor cultural. Has sido un poco como Augusto Ferrando, “descubriendo” nuevos valores literarios. ¿Puedes contarnos sobre tu experiencia como promotor y gestor cultural? ¿Te ha dado satisfacciones impulsar la cultura de una forma democrática y horizontal en espacios no oficiales?

Gracias por lo de “profeta”. Es una experiencia muy satisfactoria. Se relaciona con un  modo integral de entender mi papel en el mundo, hasta que dure. Tiene que ver con epifanías personales, experienciales, y lecturas que las solidificaron. Como el caso del rescate del “otro lado”, del sonido que guarda el lado B, para los que aún recuerdan los discos de acetato de 45 rpm. En el side A encontrabas la canción de éxito radial, la rompedora, pero en el B podías hallar pequeñas joyas no tan comerciales. Me fue fundamental leer a Gramsci. El concepto de lo “subalterno” y cómo se construye esta categoría. De ahí su aplicación por el grupo de Guha en la India. Para cerrar esta idea debo aclararte que la vida solo es un juego. Depende cómo quieras jugarla: o lamiendo suelas de famosos para que te tiren una migaja o trabajando en espacios “no oficiales” porque te da satisfacción y no por un caso como el de la zorra y las uvas. Entendiendo además que es esa “oficialidad” que no debe confundirse con lo mejor, aunque así te la vendan los medios de comunicación de masas, ni pensar que nuclea a los más talentosos.

El problema es que los escritores de ciertos sectores sociales, de B para abajo, no piensan en eso. Viven como en el ejemplo védico del burro que persigue la zanahoria, puesta en un palito delante de ellos (que representa el “éxito” en las grandes editoriales y librerías). Más allá de esas reflexiones, creo firmemente en la democratización real de los espacios, lo cual tiene de modo obvio un límite. Pues ese buscar ampliar los límites hace que a uno mismo lo limiten los que no desean eso. La argolla, al igual que el poder, tiene su lógica propia y no va a cambiar.




4.             4. Todavía predomina entre nosotros el estereotipo del “poeta maldito”, epígono de Bukowski y Ginsberg. Como si fuera una condición sine qua non reventarse el hígado y el cerebro con drogas (legales e ilegales) para pergeñar poemas. Cuando uno es joven, ciertamente necesita experimentar, pero, finalmente, se puede terminar siendo muy funcional al establishment. ¿Qué piensas tú?

Ginsberg no fue un poeta maldito. Tuvo sus excesos de joven, pero luego recaló en la santidad que siempre anheló. Dedicado al budismo, al veganismo y a la meditación. Práctica a la que se dedicó desde 1970. De más está decir su apoyo a Srila Prabhupada para que el canto del maha mantra hare Krishna se difunda en la West Coast norteamericana. En 1974, funda con su maestro el Instituto de meditación en Naropa, Colorado.

Tras Bukowski existe demasiada pose y una imitación superficial. Solo le ven la forma no el fondo.
Consumir substancias enteógenas, que no llamaría drogas para diferenciarlas, aumenta tus posibilidades creativas, te permite resignificar procesos, y no solo palabras. Son potentes canalizadores. Recordemos la parte ínfima del cerebro que utilizamos.

Me parece interesante que tu “pregunta” tenga varias partes, pero primero criticas (subconscientemente quizá), luego dices que ciertamente necesita experimentar  y al final hablas de la funcionalidad al sistema. En fin. Existen niveles de “funcionalidad” al establishment (que entiendo como “el sistema” y es un término bastante manoseado ya). Uno elige en cuál de estos niveles participar. No es lo mismo vender armas, es decir ser un fabricante-empresario gringo, ni un sicario que dedicarte al arte o a vivir, o tratar de vivir, en paz en una comunidad andina o selvática autosustentable. Todas estas opciones son funcionales al sistema: sí. Incluso las que generan más resistencia o un choque frontal. Es por la naturaleza actual de lo que entendemos como “el sistema”. Las tecnologías y el control social a distancia del que habla Mauricio Lazzarato. Al vencer los muros que las contenían y expandirse sobre el cuerpo social y cubrirlo como un nuevo tejido, que incluye y utiliza lo virtual, las disciplinas ya no dejan un “espacio” libre. ¿Qué queda? ¿El uso de tácticas como menciona Michel De Certeau? ¿La agencia y resignificación de lo que nos otorga el establishment? La pregunta se ha complejizado en exceso. Ya no estamos en el siglo XVIII para creer en los afuera y los centros (espacialmente centrados) donde “está” ubicado el poder del “sistema” al que se debe enfrentar.



5. Eres actualmente un activista ecológico. Como desde hace varios años Gary Snyder lo viene haciendo, tú estás llamando a la sanidad ecológica. Cuéntanos de esa experiencia desde tu barrio. 

En Salamanca de Monterrico cofundé con unos amigos la Asociación Medioambiental Salamanca Verde. La lógica es la recuperación y el cuidado de los árboles y las áreas verdes. Es una pequeña acción directa contra el cambio climático, que tiene su cuota de funcionalidad. Los beatniks fueron pioneros en este tema. No solo Snyder, sino el propio Ginsberg. Se debe intentar, como un imperativo moral más que como una pretendida realidad alcanzable, buscar la sanidad del planeta, la Pachamama. Esto solo se logrará cuando se alcance cierto grado de conciencia en el ser humano. Una conciencia adquirida a cocachos, por la misma realidad desastrosa a la que nos ha empujado un modelo de vida basado en el consumo y el poder de papelitos de colores, sean rublos o dólares o yenes.

Gracias.



Entrevista hecha por Márlet Ríos
13 de junio de 2019

martes, junio 18, 2019

Michael Quevedo Cobo


MICHAEL QUEVEDO COBO

Biografía

(Piura-1981). Egresado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Federico Villarreal. Estudió Filosofía en la Facultad de Humanidades, en la referida casa de estudios. Difusor cultural en asociación Alianza Francesa de Lima. Participó en diversos talleres de narrativa y periodismo; asimismo, colaboró para algunos medios alternativos, boletines, fanzines y sitios web literarios: Subterráneo, Insania, In situ, La Espiral, Mamotreto, Irrupción Poétika, La página de los cuentos, entre otros. Actualmente, es autor del blog esferanegra0, así como de Ante los ojos de nadie, poemario inédito, próximo a publicar.


Sus poemas


Palabras finales

Palabras finales.
Una melodía abierta al corazón,
a la musa del verso visceral y solitario,
al ser inadvertido, en algún tiberio sin remedio.
 Palabras finales, incontables,
susurran una elegía matutina,
la caída libre del ángel
 que protege tu ánima acuitada,
 la razón de ser, de tu efímera existencia, cada día más pesada.

Palabras finales, esas que dicen amarme,
como se expone el arte amatorio,
un ósculo en sollozos,
una fémina dispuesta a complacerte,
sin pedirte nada a cambio.

Palabras finales, las del trovador errante,
de los años que, inevitables, pasaron presumiendo anhelantes,
tiranizando, a rajatabla, las primaveras de tu bisoña y preciada juventud.

Palabras finales, de tu libro dedicado por efímeras amistades,
garabateado por el efebo de tu interior, gritando a mares,
asesinando tu último desamor.

Hoy fue el epílogo de un diminuto instante de tu vida.
Muchos -con la potencia visual reducida
no vieron lo que realmente contenía.

Pocos izaron la bandera apátrida de tu poesía.



Ditirambo

Añado una estrofa calcinante
hambrienta de música y poesía,
pues intacta azula la memoria
y la musa está viva todavía.

Porque me devuelven el perfume halagüeño,
con sutil júbilo aparte,
 pues de prescindir del arduo empeño
no viviría del arte, absorto y sin remedio.

Porque este corazón flagrante
arrecia cautivo el don de la voz anhelante
 que cosifica y sublima a la palabra,
 la voluntad firme de hacerla eterna, con el alma.



Vómito negro

Mayo,
sábado corto de alcohol y nicotina en las venas.
Aplaca las ansias,
 la sed de esta afásica garganta.

Ciertas siluetas bambolean insurrectas,
al son endemoniado ochentero
sobre el húmedo madero.

Nada es óbice esta noche para retozar hilarante
envueltos de humo,
atestados de fuego.

Acaso, a decir las verdades que nunca se dijeron,
que colisionaron de pronto,
al brindis de un ron de caña almibarado.

 ¡Y más trago y pitillo en mano!

Porque nadie nos representa,
nada fragua ni violenta.
No obstante un cuerpo desciende intoxicado,
como una otoñal hoja hollinienta
en el confín de su fango;
desciende, con los húmeros abiertos,
 temblando, inmolando sueños.

¡Oh, madre! ¡Creyeron que estaba muerto!

 Y un silencio sepulcral invadió su paradero,
su alegría y su tristeza,
su enfermizo estado.

 Al pie de una farola,
brillaban, a lo lejos, una esfera metálica y unas gafas viejas.

Lo llevaron totalmente ebrio y sórdido a su casa... Vómito negro.



 Cinco minutos

La voz firme, escuchando.
 Enfoco la mirada hacia el océano,
atardeceres rutinarios.
Solo la noche me devuelve el alma extraviada en su brisa amarilla.
El cuerpo va tomando otra forma,
los años son teoría, vivencias, letanías, copas e intimidades.
 Acaso el risueño niño que no supimos cuándo dejó de serlo.
Acaso otra materia incierta esperando el cielo o su otro infierno,
su vacío, su nada, su éter, su génesis, su espacio soterrado
o su libertad sin ideales, sin flores en el féretro.

Si no es todo ello, ¿qué esperamos entonces?
¿Más simposios, conversatorios, terapia, pensamientos leídos,
reflexiones sin conclusiones?
¿Qué esperamos, nosotros los solitarios?
Enfrentamos el caos y su belleza demoníaca.
 Izamos la bandera apátrida, testimonios de un pueblo oprimido, ignaro y lavado de cerebro.
El capitalismo, el comunismo, el marxismo y todos los "ismos”, ¡que se vayan a la mierda!
No necesitamos ideologías enfrascadas, retrógradas y nefastas,
esas que apestan a caviar o a un puñado de estiércol.
 Prefiero sentarme en una butaca de cine mudo
y reírme de este circo y su parafernalia,
de tartufos y comediantes de su propio ideal.
Prefiero ahondar en el silencio, porque es ahí en que me encuentro,
cubierto con el cendal de esta vida corta y absurda,
a veces, con sinuosos labios de oreja a oreja,
alucinando ilusionado, perplejo y lúcido,
hambriento de círculos pecaminosos o en condiciones de aislamiento.

¡No me jodan de vuelta!

Así como la necesidad tiene cara de hereje,
la expresividad se disfraza, esta vez, de un sábado, beodo por la noche, en el inodoro con heces.



Tu imagen

Tu imagen está ahogada en un río añil,
acaso desbocada en el espejo,
deshecho como una lluvia de granizo que surca mi pecho,
o conserve el perfume otoñal impregnado en una tibia noche que no volverá jamás a su lecho,
aun cuando logre vislumbrar tu rostro, neblinoso, languidecer de pronto
en mi recuerdo,
o un coro de ángeles invoque tu nombre en el cenit de su misterio.
Ya nada podrá acercarte a mi camino farragoso y perdido
a mis horas inmensas y perpetuas que acompañan mi carne despoblada en el diámetro de su vacío.

 Tu imagen se ha ido, como se van las amistades con los años,
 y queda solo un reflejo tenue en la llanura,
 en esos olvidados resquicios del desamor y la locura.

Tu imagen la enfrento, ya ausente, con mi pesar y ansias de verte,
como una dulce melodía que susurra una elegía,
cuando no la agonía de no tenerte nunca más en mi vida.






Elmer Arturo Arana Mesías


ELMER ARTURO ARANA MESÍAS

Biografía

(Ayacucho, 1981). Docente de la Especialidad de Español y Literatura. Presidió la organización II Congreso Nacional Lingüístico Literario «Manuel Scorza» (Ayacucho, 2005). En el 2011 mereció el segundo lugar en el XX Concurso Nacional de Educación Horacio con el trabajo: Tras las huellas de Arguedas: aportes a la educación peruana. Ha publicado el poemario Diario de los suburbios (Pasacalle, Lima, 2010). Tiene estudios concluidos en la Maestría en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado artículos literarios y culturales en la revista Consentido desde el 2014 hasta el 2016. Participó en el VI Encuentro Internacional de Escritores (Tarija, Bolivia, 2011). Sus poemas han sido recogidos en las antologías Castillo Azul (Tarija, Bolivia, 2011), Confesiones de un descreído (Eclosión, Lima, 2012), 5to Festival Caravana de la Poesía (Amarti, Ayacucho, 2012), Bosque de Letras. Antología literaria de la maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Otra Mirada, Lima, 2018) y en la revista de literatura y cultura Ínsula Barataria (Lima, Perú, 2015).


Sus poemas


Autoconfesión

Confieso que soy niño,
que aún vuelan cometas por mis calles.

Confieso que te miro
sin que mis ojos logren atraparte.

Confieso que no leo, que nací ciego,
que soy reflejo de un sol que apenas arde.

Confieso que fui sueño, chispa, hoja al fin
que se apagó al incendiarse;
que en el vuelo perdí las alas
que olvidé el espesor de tu sombra.

Confieso que no soy yo, que soy el otro
que no encuentra la palabra exacta
para decirte que estos versos
los hice buscando la esperanza.



Canto bajo una piedra

A María, con otro nombre,
"ya lejos para siempre de Belén"

Retornaré por aquel camino
con la guitarra que descubrió tu nívea sonrisa.

Volveré por tus huellas que un día
marcaron de azul el desencanto.

Volveré para encontrarte solitaria
sobre la noche de una piedra
que gotea las angustias
de un beso que se hizo melancolía.



La mosca azul

Aquí estoy
guarecido entre ramajes,
visitado por arañas y reptiles siniestros.

Con las manos aún libres
para quebrar el rastro de alguna araña.

Con las manos sobre el rastro y los pies en el viento
Aquí estoy, con alas (sin ellas) batiéndolas,
Intentando, tal vez, el último vuelo…
Esperando, quietamente, muerte rastrera.



El vuelo de la palabra

Una carta se descubre en la mañana
raro animal a techo descubierto
¿o es que el puma con el ciervo se hermana?
¿una carta extraviada? No es cierto.

¿Pero quién no abandona alguna carta?
yo olvidé anoche todo el alfabeto
como buey que del águila se aparta
dejé al borde del puente mi esqueleto.

Se oye un crujido. Algo se ha quebrado.
Un puente sin hombres, vértigo, sol y calma
Vuelan palomas negras desde el abra.

Lo he sabido hasta ahora, resignado.
Se escaparán los símbolos de mi alma
morirá para siempre la palabra.



Orilla

Algo se ha roto esta noche
y ha dejado en la orilla una carta.

¿Quién no olvida una carta?
Yo olvidé ayer todas las palabras
que soportaban un puente.

Algo se ha roto y por este puente
ya no cruzará mi camisa,
ya no volverán las palabras.


Contacto


















Roy Alfonso Vega Jácome


ROY ALFONSO VEGA JÁCOME


Biografía


(Lima, Perú, 1988). Egresado de Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado los siguientes libros: Rumores de un arpa retorciéndose en la hoguera (Lima, Dedo Crítico, 2014; mención honrosa en el VII Concurso Nacional de Poesía José Watanabe Varas de la Asociación Peruano Japonesa), Muestra de arte disecado (Lima, Ediciones Copé, 2016; Premio Copé de Plata de la XVII Bienal de Poesía de Petroperú) y Etapas del espíritu / Runas grabadas en la piel (Trujillo, Cuadernos Trimestrales de Poesía, 2017; X edición del Premio El Poeta Joven del Perú). Textos suyos han aparecido en las antologías Recitales “Ese puerto existe”. Muestra poética (Perú) y Versos en el aire V (España), así como en las siguientes revistas y páginas web: Lucerna, Ínsula Barataria, Dosis Cultural, Punto y Coma, Ángeles de Papel, Molok y Vallejo & Co. (todas de Perú), Liberoamérica (España), Bitácora de Vuelos, Editorial Búho Negro e Ibídem (todas de México), La Poesía Alcanza (Argentina) y Álastor (Nicaragua).


Sus poemas



laberinto de hojas secas
                                            De Rumores de un arpa retorciéndose en la hoguera (2014)
porque las rejas trascienden su dominio,
me refugio en tu costra callada.
     porque la soga y la sequía interna
no me dan indicios ni razones,
me envuelvo en tu marea invisible.
     lilas muertas:
tal es tu olor en la distancia,
mientras te aguardo como una letra descolorida por el tiempo,
mientras yace nuestro vástago engendrado
por el engaño y la paciencia de escuchar.
     porque pareces confundirte con las llamas azules,
no encuentro tus moldes al tantear el agrio calor,
no te encuentro al insertarme en el fuego enrejado
(presiento tus humos blancos develando signos
e incrustándose como espadas en el mediodía insomne).
     porque trato de hallar
la precisa forma de percibirte,
te describo en mi voraz ignorancia
y no sé si eres cárcel o vuelo.



18
                                            De Rumores de un arpa retorciéndose en la hoguera (2014)

difícilmente probemos del mismo cuenco
fuiste ya prometida a otro sacrílego
difícilmente creamos en lo mismo
te inclinabas en el atrio para comulgar
secabas tus ropas en perfecto orden
señalabas un trazo que no recorreré
fuiste ya prometida a otro sacrílego
el violinista de hombros acolchados
¿podría atravesar un florete en sus axilas?
tu lápida murmura respuestas
en el reino de jardines colgantes
habría besado tus párpados de arena
habría sorbido la úlcera que estalló en ti
la coraza del campo tomó tus cabellos
yo los acariciaba con dedos rojos
tú blanca respuesta de pies agusanados
hay puntos luminosos que nos cercan



fragmentos de un demonio azul
De Muestra de arte disecado (2016)

el tiempo extiende sus hebillas
y desempolva la imagen de un leproso
que almacena jirones de piel.



poema en el que la muerte emana un intenso aroma a lodo
                                                      De Muestra de arte disecado (2016)
la muerte se descubre en las cavernas,
en esto que llamamos hogar.
aquí reposan sus gérmenes tibios, sus tentáculos,
su dulce manera de aparecer en los rincones grises.
adopta diversos nombres,
domestica las chispas del fuego que nos ilumina y nos observa,
abre surcos en el pasado,
envuelve nuestros alimentos con su hálito burbujeante.
he oído decir
que es la verdad más poderosa,
que debe ser venerada y temida,
que gracias a ella disponemos de un refugio
construido sobre huesos devorados por la tierra.
algunas noches los hombres más viejos
suelen colocar cráneos vacíos alrededor de las hogueras.
entre murmullos, dicen que las estrellas han cambiado de rostro
y por ello debemos entregarles un presente
que mantenga el equilibrio del encierro.
ellos la conocen mejor que nadie:
varias veces han husmeado sus puertas,
preguntándose cuándo llegará el día en el que compartirán
la quietud de los barrancos.
ella está aquí en este momento, a mi lado,
mientras abro el estómago de una oruga
y unto mis dedos con su sangre.
ella sabe que intento colorear sus mejillas,
que pronto dibujaré sus formas en este muro,
tratando de hallar un respiro que nos separe
o nos vuelva a juntar cuando las hogueras
dejen de observarnos con sus ojos de lince.



 (palabras del maestro)
De Etapas del espíritu / Runas grabadas en la piel (2017)

así también puede suceder
que una y otra cara no te den las respuestas.
prueba entonces escribiendo las letras al revés:
será algo así como otorgarle
 una pequeña música a tu alma.

«trato de recordar las melodías de mi infancia, cuando mi madre me sostenía en sus brazos y se convertía en una coraza de seda y diamantes.
hay claroscuros en mi memoria, hondos pasajes con enredaderas y algo parecido a un rito a orillas de un lago. hubo claroscuros en mi vida.
alguna vez conocí a una muchacha delgada y miope. ella me enseñó el calor de las grutas alejadas. allí realizamos breves simulacros de felicidad, tenues ejercicios de la carne, siempre con algo de temor.
pero pasó el tiempo y ella escapó al sur con sus padres. nunca más volví a saber de su cabello, de sus traumas, de sus gafas teñidas con el vapor primaveral.
desde aquel día han pasado años o siglos: aquí los relojes son como embudos que no conducen a ninguna parte. fuera de mis recuerdos se halla la distorsión, la oblonga realidad de los barrotes y los cuartos oscuros.
ahora tengo la leve certeza de que estas máscaras que me vigilan, poco a poco me devolverán el reflejo de aquello que con torpeza he tratado de buscar.
entonces volveré a sumergirme en el aroma rosado de mi madre, en el palpitante regazo de la joven que amé alguna vez, en el sabor de los peces diminutos.
son etapas del espíritu, manantiales oxidados, restos de una agonía que lentamente calla y sonríe».


antielegía a vincent van gogh
                                           De Etapas del espíritu / Runas grabadas en la piel (2017)

en la belladona de tu resistencia.
Hildebrando Pérez

vincent, durante su joven adultez,
quiso ser un pastor de almas.
luego se dio cuenta de que nadie necesitaba de él
y que él necesitaba de todos, de théo.
sin embargo, no lo quiso admitir
y sus últimas reservas de amor las quemó con una prima insatisfecha, temerosa,
eterna admiradora de los prados de escarcha y los valores puritanos.
fue un romántico persistente
y luego, abatido y pelirrojo como nunca,
acudió a los brazos de sien,
aquella dama de carboncillo que, embarazada,
solía fumar con placer y resignación un cigarro cada noche.
fue enfermo, pobre, miserable,
y su castidad la consagró a los colores,
a la penetración en la naturaleza,
a la automutilación y el disparo en una zona del cuerpo
que acaso le recordó los pavores de su viejo amigo jesucristo camino al gólgota.
hoy he querido recordarlo
porque los cipreses aún existen,
y el insomnio que me obliga a mirar el cielo nocturno
me ha enseñado que los bólidos de luz
que vincent secuestró en saint-rémy y arlés
siguen siendo lejanos, pero cuán dulces y solemnes.
todo poema enmudece frente a ellos.



***
                                                           (Texto Inédito)
Caminamos
hombro a hombro,
llevando como un farol
la Carta a los Efesios.
Lejos del tiempo hostil
y la gran ciudad,
nos replegamos
en las frases iluminadoras
de Pablo de Tarso.
Qué maravilloso
cambiar de nombre
y cambiar de vida
cuando el Padre
así lo dispone.
Querida mía:
el ser humano
es la mejor materia
de transformación.


***
                                                                  (Texto Inédito)

Tengo una prótesis en el espíritu.
Palidece toda tentativa de respuesta.
Me han dicho que exprese lo que siento.
Como un tren aguardando la temida oscuridad del túnel.
Me han dicho que la mejor terapia es la ausencia.
Que el flagelo poco importa bajo la lupa del atardecer.
No buscaré razones en esta blancura inextinguible.
Lo pasado se guarda en lo más hondo y termina por consumirse.
Al igual que los acordes de tu llegada y despedida.
Te recostabas en el mostrador natural como una crisálida.
Tumbada en la hierba que habría de inflamar tus vísceras.
Ambos reposábamos en un puñado de maderos oblicuos.
El diván es la mejor coraza para aquellos que no definen el tiempo.


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