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ESCRITO EN MAYÚSCULA es un blog que intenta ayudar con la difusión de cualquier expresión artística sin discriminar a los autores aficionados. Se abarcará desde poesía, narrativa, música, etc. Y contaremos con entrevistas donde el autor contara por sí mismo la creación de su propia obra.

Federico García Lorca

Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio.

(La Sombra del Viento) Carlos Ruiz Zafón

Cada libro, cada volumen que ves aquí, tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien baja sus ojos a las páginas, su espíritu crece y se fortalece.

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Les ofreceremos entrevistas de nuestros colaboradores para que conozcan su obra y accedan a ella.

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Les ofreceremos entrevistas de nuestros colaboradores para que conozcan su obra y accedan a ella.

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Somos apenas un granito de arena, intentando hacer algo por el bien de nuestra existencia.

lunes, junio 03, 2019

Luis Enrique Yáñez Pacheco


LUIS ENRIQUE YÁÑEZ PACHECO

Biografía

(Arequipa, 1931): Poeta, maestro e incansable promotor cultural. Es autor de Nueva poesía arequipeña (1955), Nuestra Ventana (1963), con prólogo de Alberto Hidalgo y difusor de la narrativa peruana con su obra Cuentos Peruanos (2 volúmenes 1970). Sus poemas han sido recogidos en Poesía revolucionaria del Perú. Antología (Ediciones América Latina, 1966) y en Repertorio poético arequipeño. Antología básica (Gobierno Regional de Arequipa, 2010). Director de la revista Canto General.


Comentarios


"Algunos de los poemas del maestro y poeta arequipeño Luis Yáñez, los más emblemáticos, son como himnos antiguos de combate (pensamos en "Hijos del pueblo"), que ya pertenecen al imaginario popular, que sabe tan bien rememorar las luchas y las conquistas sociales de un pueblo enérgico. Su primer libro de poemas fue prologado por el mítico Alberto Hidalgo. Sus poemas han aparecido en antologías famosas desde los 60 y en revistas de tiraje modesto. Lo reconocemos como un auténtico maestro de las generaciones más jóvenes”. 

Jaime N. Gamarra

Sus poemas


Arequipa, tu nombre

He preguntado por ti
todas las tardes;
y sé que eso no basta.
Ciertamente,
no basta
que en medio de la ausencia
me ponga a deletrear
el libro de las tardes.

Pero para llegar
hasta tu nombre,
Arequipa,
debo desenredar la luz oscura
y el tiempo
y los gorriones:
ruidosa pena
que arde en la verdura.

Para llegar a ti
debo desenredar
también tu nombre.

Entonces,
sin testigos,
en calma,
como un rumor que en la mañana brota,
encontraré tu nombre
hecho una espina rota,
rota en mi corazón,
clavada en mi alma.  



Arte poética

Por si acaso,
por si necesitáis
mi filiación
para que las teorías y la metafísica
no sean requisitorias
contra mi muerte,
voy a decir
cómo se escribe un verso.

Nacer a la vida
y ser apaleado

Cruzar con urgencia la niñez
y ser apaleado

Amar
y ser apaleado

Estar en la verdad
y ser apaleado

Una pausa
porque el lomo del hombre
no es tan fuerte.



El camino

Hermoso es el camino
que lleva a la ciudad,
rodeado de montañas
cuyas cimas
besan el cielo.

Un gran camino
por donde se abren paso
todos los hombres,
los que siguen la huella del sol,
los que nunca se detienen
y
saben que la luz
se alza temprano
al otro lado de las tinieblas.

En la ciudad
espera el amor
que
luego vivirá
junto a nosotros.

El camino es la vida
y tú y yo,
los nuevos caminantes
que heredarán
la Tierra.



Será un viaje de tren

I

Para qué disponer
el viejo mapa
del tiempo
si hay un andamio trunco
que exhibe las horas
enlutadas.

Y para qué nombrar
cosas y gentes
más allá de su sol
y de su tiempo.

Tal vez un sueño
asalte a la esperanza
y vuelque la ceniza
de la patria
en los sueños.

Tal vez pase esta hora
en que el poeta no canta,
este dulce silencio
que criba la distancia.

II

Será un viaje de tren
bajo la noche
con novias,
con hermanos,
con lluvia intensa
y trigo en las montañas.

Será un viaje de tren,
cercana el alba,
con saúcos,
con ríos,
con luz dispersa
entre las cosas diarias.



LA ÚLTIMA CENA

Asistiré a mi última cena,
acercaré a mi boca
un trozo de cerdo con nabos.
Le quitaré a mis versos

las proclamas,
sus airadas espinas,
su manía espontánea.
Mi sangre pulsará

aceleradamente,
lanzaré mi cuerpo en llamas
al seno de la tempestad
y llegará hasta el amor
entre deseos y milagros.



La poesía

Poesía:
sonido límpido
y sin eco.

Te escucho a solas,
mi alma solitaria
busca tu ritmo.

Me asomo a la ventana
y toco el cielo,
percibo el color de tu sonido.

Tu música me envuelve
en una atmósfera dorada,
cuyo brillo reverbera
en el silencio.

Amo el sonido
y su color de fuego. 


Publicación a cargo de Jaime N. Gamarra













Valeria Asto Carbajal


VALERIA ASTO CARBAJAL


Biografía

Arequipa 3 de diciembre de 1999. Estudia Literatura y Lingüística en la Universidad Nacional de San Agustín. Ha participado en dos concursos de creación literaria – Letras Arequipeñas 2015 del cual obtuvo el tercer puesto categoría cuento con el titulo “Musa de mi llanto” y el otro en 2016 en el cual obtuvo el décimo puesto con el título “Por si vuelves a nacer”. Integra la orquesta de cámara Brahms 15 de agosto. 


Sus poemas


MEMORIAS
                               
[Mientras que después de tres rones,
 y dos cajetillas de cigarros, 
el manantial de mis ojos desborda 
dolor.]


Noches turbias ultrajan mi pena,
sed y dolor se avecinan.

En la periferia agreste universitaria,
acurrucados al desastre
          dos,
                seis,
                       diez,
camaradas esbozan un encuentro
y con oleos pintan la existencia de
           uno,
                   tres,
botellas del elixir de la juventud.
Entonces,
comienza el ruedo.
                                  [Mi corazón advierte,
                                   herido anuncia
                                   que pronto la voz de mi silencio se hará conocer
                                   y todo lo que he callado,
                                   amenaza]

Trasciende la primera ronda
y el camarada uno
destapa el sepelio/blasfemias
que me han padecido.
         Negación,
                   ausencia,
                            silencio.

Unos brazos calurosos
Abrigan mi corazón.
              volteo,
                       lo veo.
Y amor es todo lo que siento por él.

Llega el primer elixir,
cual princesa derrotada y en constante recuperación,
mis memorias me despiertan
en un castillo custodiada por el dragón del pasado.
                                [Miedo tengo,
                                    redundo,
                                     poseo
                                     de encontrarme en tan poca talla
                                     en medio de varios mundos literarios.]

Retrato en un amargo cigarrillo,
la noche arrinconándome
en los arcaicos baños universitarios,
golpeando de mi
sombras que desahuciaron mis intentos de paz,
la noche en la que se empeñan a construir/difundir
las minorías,
mi quebranto.

Maldigo con ira
una y otra vez,
y que esta maldición caiga sobre aquel séquito
de sales infundidos
opresores de mi paciencia.
                               [Y vómito -maldita sea-
                                 sus mentiras.
                                 Ha de ser por esto mi dolor punzante en la cien,
                                 que me produce vómito.]

Trasciende la sexta ronda
y el camarada ocho pone en descubierto el agrio aroma del tiempo/insuperable
                  negación,
                             ausencia,
                                         silencio.

La Luna persigue mis suspiros
y pestañeo tras pestañeo
sueños de antaño
           envenenan,
                        aumentan,
el borrador de mis deseos.

                               [Dios sabe que lo intenté ayer,
                                 pero hoy
                                 desconozco la tiranía vertida
                                 de mi TEC-DC9]

Esta estocada en el corazón,
se cubre de una sumisa alegría de seda
que llora cuando el sol marca la hora
del almuerzo,
           dolor,
               quejas,
que nadie podría entender.

Son incontables las veces que he deseado ser
como las hojas de las plazas donde siempre sollozo,
-me sirvo otro vaso del elíxir- quisiera ser,
cómo esas hojas que se las lleva el viento -exhalo mi décimo cigarrillo-

La audiencia de mi panteón
ha estallado por cuatro años los turbios latidos de mi corazón,
                 piden,
                            reclaman,
                                       esperan,
 mi cabeza en una bandeja de plata.
Señalan con la punta de sus dedos
cristianos pecados
deudos,
desbaratando algún cariño/apoyo
que nadie se atrevió darme.

-regreso la mirada a mi hombre-

¡Ay palomita!
Fulgor, picaflor mío.
Si tu no estuvieras,
el estallo de mi furia acabaría
              conmigo,
                   con todos.
Hoy,
en tus manos encuentro calma
y en tu ausencia mi delirio,
           Arropa,
                 Enciende,
                         Abriga,
mis tristes inviernos universitos.

-sostengo sus manos-

Que se quemen mis párpados
cuando al pronunciar su nombre,
él no esté.
Porque…

¡Ay palomita!
Fulgor, picaflor mío,
moriría si una de mis balas te alcanzará a ti.



EN ESTE MUNDO

Cuando esté en el otro mundo
Lloraré lo pueril de éste.
Mi cuerpo pedirá volver,
 pero mi alma se habrá de acostumbrar
Sola y vacía.
Mi violín curará las heridas de amores mundanos
Llevándolos al sepelio de mi esperanza/olvido
Y con una sobrecarga de tonos apagados
Les cantaré la tristeza de las estaciones
Que han dejado en mí.



PARANOIA

Siete nuevas líneas paralelas aparecen en mi piel,
Como escamas amenazan mi tranquilidad mental que va
En declive.
El guardián de las cuchillas debe no verlas hasta el día de mi partida,
Quizás
El aumento de mi pena se exteriorice con este comienzo.
Volveremos,
Mi fiel amiga a destrozarnos la piel.
Y así tranquila me iré cantando
Como un picaflor, sin voz,
de flor en flor.



 LA ESPERA

En las calurosas calles esperando estoy,
Sesenta personas pasando,
Una por minuto.
Este silencio que hiere
Mi corazón.
“Y así pasarán mis días… y cansado me sentaré en las orillas de aquel río.”



EN EL OTRO MUNDO

En los suburbios de las élites clandestinas
De la sociedad norteamericana
El recuerdo me remonta su nombre … y lloro.
Interactúan mis versos con tu ausencia/indiferencia
Sobresalen sepelios de mi esperanza/amor a ti,
Contextualizo nuestra situación/relación
Y veo en tu conducta una pizca/muy inmensa
De tu desgano/rechazo
Enamorada de un amor ausente,
Margino tu discurso de despedida
Mientras reflejo mi realidad en las pupilas.
Uno a uno sale de mis ojos como cántaros miles de porqués
Pero atino a no decir nada
Mientras veo tu sombra alejándose/desapareciendo
En el atardecer.



N.N.

[Estos versos se leen en compañía
del bello arte de la música,
 amor herido – Karla Sofia]

Recuerdo que solías hablarme de tus tertulias fúnebres y marchitas,
De tus ganas de no querer amar ni ser amado,
De tu segundo plano estático inquebrantable/ inexplicable.
Hoy con el corazón roto
Reclamo a tu ausencia aquel cariño que te di, cuánto te di,
Regresa palomita
A devolverme ese amor.
Luego si quieres te puedes ir.
Si, anda. Vete, vuela lejos.
“Si el recuerdo a mí no me mata
Vaya con Dios adorado mío,
Pero eso si negro del alma
Cuidado que el mundo es ingrato…”
Estoy curtida de verme envuelta en el enjambre de tus
Miles
De miles,
De miles,
de mentiras
“Duele, cómo duele mi amor”
Hastiada de verte llorar en mis sueños
Y de verte venir cada vez más cerca.
Que tanto daño he de haberte hecho yo al aceptar tu partida
Para que ahora,
Cara a cara,
Evadas mi mirada.
Noches de luna llena me decías cosas tan bellas.
¡Qué pena! ¡Ay qué pena!
Ser el papel de la muchacha abandonada.



AQUÍ/ALLÁ

Me esconderé un día de estos,
me esconderé,
y con mis hojitas de coca que anunciaban vuestros abandonos,
me esconderé,
y soñaré,
y tocaré
mis huaynitos melódicos
anunciando su pronta llegada
tiernas y dulces palomitas ingratas.
Y si no regresan por lo menos
me volveré a esconder
y en lo más recóndito de la puna me hallaré
y bailaré,
¡Claro que bailaré!
mientras cae por mis ojos
agua salada,
tibia
y parca.




SUEÑO

¿A dónde irán las notas
armónicas de mi zampoña?
Cómplices de mi desdicha.
Cantos muertos en el olvido del peruano
De nuestra larga y triste historia.
Ojalá,
 en algún lugar del mundo escuches aquel llanto,
Ojalá,
y que en el despertar de tu guitarra escuches todos los huaynitos
que he cantado al cielo,
que entre lágrimas y lágrimas han desgastado mi corazón.
 Que aquel árbol convertido en viento de haberse llevado tu amor no dudó
 y que mueras por siempre en mi soledad.


BLA BLA BLA

Que no es para tanto,
¡¿Qué no es para tanto me dicen!?
Puedo sentir como mis sesos se
Exprimen al pensar en ello,
Cómo hay una cuerda dorada
Aguardando,
Esperando a que dé el último salto.
Como la lluvia trata de atravesar en forma de tormenta
Mis ventanas pupilares.

¿Qué no es para tanto dicen?
Cuando un centenar y medio de píldoras han
Laxado mi corazón.
Cuando una pistola casi atraviesa con balas de sus infamen calumnias
 sus y mi sien.
Cuando seis sobres de estricnina han llenado
Y vaciado mi estómago a lo largo de estos
Cuatro inviernos otoñales.

¿Qué no es para tanto?
Cuando en mi pecho sólo hallo una aglomeración de penas
Que sobresalta a la hora del almuerzo.
¡Si! ¡Se deja ver!
Qué no es para tanto me dicen,
Y lo vuelven a decir.
En su conciencia quedará el tormento eterno de mi desgracia
Cubierta por una sumisa alegría de seda
que transcurre indiferentemente bajo folios universitarios.



Más de ella en los siguientes links










Publicación a cargo de Nelly Patricia Orccon





Márlet Ríos


MÁRLET RÍOS

Biografía


(Talara, 1977): Poeta, gestor cultural y editor. Estudió Sociología e Ingeniería electrónica en Lima. Ha publicado los siguientes poemarios: La balada de Crates y otros poemas, Como barca encallada en la arena, Senda de la desesperanza y Ancestros. Sus poemas han aparecido en revistas locales y del extranjero: Ónice, Dedo Crítico, Bocanada, TXT, Círculo de Fuego, El Bosque, Conexos (Miami), Vorágine (Chile), La City, Tajo, Socialismo y Participación, etc. Edita el boletín Anarkopoiesis. Editor de La lira rebelde libertaria (2015). Articulista de la revista cultural Open Cusco. Sus poemas aparecen en Ausente ardor de arena & algarrobos. Antología de la poesía piurana contemporánea (2017). Traduce poesía norteamericana contemporánea. Administra el blog Cero fútbol: http://cerosoccer.blogspot.com


Sus poemas

Alma-noche


Cuando no puedo pronunciar tu nombre
Respiro tu influjo incardinada Noche
Siento tu aliento desguazado
Te reconozco entre edificios abandonados farolas
Silenciosas y tugurios sin que huyas de mi aura gris
Mientras neura se resiste a dejarme
Con mis pantalones gastados y mi liviandad en ascuas
Fue amor a primera vista
Desde aquella enmierdada escuela con nombre
De escritor danés de cuentos infantiles
A caballo entre la pubertad y la desesperación
Y te busco compulsivamente
Como serial killer
Entro en tu carne de guaricha indomable
Respiro tu influjo de tótem envolvente
En esta inhabitada urbe de ramajes de fibra óptica
Donde todo está perdido
Donde la conmiseración es una chanza
Y los niños son autómatas sonrientes que destazan pajaritos
Y yo siento una pena insondable por tu partida.



A Sitka

Como una antigua canción tallán
Pronuncié tu nombre
Musitado primero
Bajo el cielo de otra ciudad.
Yo, que imaginé el color de tus pupilas,
Las líneas de tu frente
Soliviantado por
El desierto y la brisa del mar
De tus ancestros
Te escribo ahora
Con este apisonado orgullo
Como hilo sin enhebrar.
Te doy la bienvenida
Heredera de mi caótica estela
Heroína de este tiempo
Sin Piedad
Mientras evoco un mayo primigenio
Sin bendiciones ni plegarias



Poema 2 una tarde de m

tranquilo despides el día como kamikaze sublime
como general abyecto que entrega sus galones a la posteridad
como sacerdote de secta epicúrea luego de sodomizar a imberbes efebos
tranquilo te plantas
ante la autoridad más indecible más grotesca
y orinas como un gato tocado por un breve resplandor
al costado de nenúfares y templos del Buda
con la risa de un beodo feliz
que no le debe nada a ninguna rata sabionda y titulada
y partes, tranquilo,
hasta tu pequeño bastión.



Antankallo

Luciérnagas y deidades
Nos dan la bienvenida
A nuestro descenso
De la cascada en la cima.
Por todos lados brota
Una música tenue
Y misteriosa / como
El espíritu del
Puquial cuesta arriba.
La oscuridad extiende
Su dominio, pero
Mis cinco sentidos
Reverdecen –
Eres canto estival
Que quiero prolongar
Hasta la alborada.
Eres riachuelo
Primoroso donde
Deseo abrevar
Sin demora.

En este lugar
Tan lejos del tráfago
Y del hollín agitado,
Tú y yo danzaremos
Hasta que el dios tutelar
De la montaña
Nos señale el camino
De regreso a casa.



Memory

Te guié por las constelaciones + depravadas
maroquita encendida
quise ayudarte a silenciar un oscuro destello
lejos de todo y de todos
no encontré las palabras + certeras / o tal vez sí
gracias a Gary Snyder
ahora recuerdo tus muslos melados
y ese ya lejano mayo y otra vez / fue como
meterme en el rol del seductor más cojudo
no Belmondo no Valentino / ni siquiera Pepe Le Pew
y volví a caer a tus pies
maroca / siempre esquiva
Y comencé a recordar tu voz / tu llanto / tus gemidos
como un poema leído y retenido a los 17
lampo inmaturo
y tu recuerdo
como una melodía misteriosa y fugitiva
Oh musa de mi juventud perdida…



Sonqo

Los ojos te brillaban
cuando nos encontramos
aquella tarde límpida de invierno
sin garúa.
Igual que un antiguo himno obrero,
la sílaba sagrada refulgía
en mi pecho.
Tu aliento de puquial desbordado
era mejor que un par de cervezas
una tarde de fútbol.
Después, urpichay,
cuando bailamos, éramos
como un par de cometas que se rozan
allá arriba, en el éter,
sin más testigos, salvo las estrellas.


Para saber más de su obra









https://angelesdelpapel.blogspot.com/2011/09/marlet-rios.html




Publicación a cargo de Jaime N. Gamarra.

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