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ESCRITO EN MAYÚSCULA es un blog que intenta ayudar con la difusión de cualquier expresión artística sin discriminar a los autores aficionados. Se abarcará desde poesía, narrativa, música, etc. Y contaremos con entrevistas donde el autor contara por sí mismo la creación de su propia obra.

Federico García Lorca

Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio.

(La Sombra del Viento) Carlos Ruiz Zafón

Cada libro, cada volumen que ves aquí, tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien baja sus ojos a las páginas, su espíritu crece y se fortalece.

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Les ofreceremos entrevistas de nuestros colaboradores para que conozcan su obra y accedan a ella.

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Les ofreceremos entrevistas de nuestros colaboradores para que conozcan su obra y accedan a ella.

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Somos apenas un granito de arena, intentando hacer algo por el bien de nuestra existencia.

lunes, junio 10, 2019

Vladimir Litmam Alvarado Ramos


VLADIMIR LITMAM ALVARADO RAMOS

Biografía

(Arequipa, 1990). Poeta. Bachiller en Historia y licenciado en Literatura y Lingüística por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa con la tesis “Sin ley no hay transgresión: una aproximación psicoanalítica al cuento Tic-Tac de Gastón Aguirre Morales”. Co-dirigió la Revista Interdisciplinaria de Historia Ojos de Clío. 

Primer puesto en los Juegos Florales Universitarios de la UNSA categoría Poesía (2014). 
Primer puesto en la categoría poesía en los Juegos Florales de la Juventud organizados por la Municipalidad Provincial de Arequipa (2017). 

Dirige el blog de creación literaria La miseria es una mariposa
Ha publicado en poesía "El designio mayor de poema" (2013) y "La visión de la iguana" (2018). 


Sus poemas


De La visión de la iguana


a

1 dejar el deseo en las alas de una mosca 2 dejar la culpa en la cabeza de un clavo 3.1 un túnel largo 3.2 en un cenicero de plata 3.3 lo que no quiere decir nada 4 curado de un amor incierto 5 que colgado del orgullo 6 nos sigue hiriendo 7 como a un recién nacido 8 hinchado por el frío 9.1 un túnel largo 9.2 en un cenicero de plata 9.3 lo que no quiere decir nada 10 esplendor 11 el asfalto la frente de un vagabundo 12 esplendor 13 el barro en las puertas del albergue 14 de charcos lanzado por la ilusión 15 siempre héroe para nosotros 16 cerca del viejo alud cerca del viejo seno 17 que no se siente que no se oye 18 la secuencia de los ritmos 19 en un pozo de círculos 20 como cálculo aparte 21 esplendor 22 los fetos carbonizados 23 sobre los tejados de cinc 24 esplendor 25 un andén como orquesta 26 quizás lo peor de todo 27 un túnel largo


c

1.1 en una casa de campo 1.2 donde me encerraron 1.3 a los ocho o nueve años 1.4 conocí el silencio 1.5 deje mi alta palabra 1.6 en el cerrojo de la puerta 2.1 en una grada de piedra 2.2 donde las aves cantan 2.3 de noche o de día 2.4 aprendí de mi alma 2.5 con el fétido olor 2.6 de una pierna rota 3.1 en una calle con cruces 3.2 donde no crecen flores 3.3 sino entre las grietas 3.4 enseñé botánica 3.5 con todo mi cuerpo 3.6 como rama rota 4.1 en un salón antiguo 4.2 rodeado de una multitud 4.3 sin nombres en los rostros 4.4 escuché a la maldad 4.5 la enfermedad ilustró 4.6 todo lo que pude leer



d

1 nunca logré arrojar la angustia por la ventana 2 te importa mucho esas bestias heridas 3 esas luces apagadas cerca de nosotros 4.1 tu voz escarlata nació con ira 4.2 tu voz es música del ritmo primero 4.3 tu voz maldice la bondad del mundo 4.4 tu voz cruje la tierra sobre un gran bastón



j

1 una sombra empuja las aguas 2 hacia los altos del abismo 3 donde no es un enigma esta hoja 4 menos que los otros libros sagrados 5 algo en el regreso de una promesa 6 tal vez el canto a una piedra de río 7 después la esperanza 8 es carne es hueso 9 tuerzo la fortuna para mi bien 10 con el seco tropel de las cinco 11 una cruz de papel una voz de miel 12 me arrastro hasta la puerta abierta 13 allí veo la sombra de la guerra 14 con una roja red en la espalda 15 con el furor en la piel como derrota 16 que se adelanta segura 17 es el fuego es el ruego 18 no quema mi cuerpo 19 pero recuerdo 20 cuál es su norma cuál es su patria 21 surge de la aurora es la aurora 22 consume un árbol del camino 23 lo mismo hace con un niño 24 son pocas 25 sus muertes sus aguas



k

1 hoy estoy aquí 2.1 en la calle que afila sus dientes con el viento 2.2 harto del llanto harto del culto 3.1 en un barco que flota en los ojos de un muerto 3.2 recién zafado recién fletado 4.1 en una flor que crece hacia el fondo de la tierra 4.2 tanto tiempo tanto espacio 5.1 en los días que son la sed interna del mar 5.2 cuando amanece cuando anochece 6 aquella serenidad es un puente 7 el sueño los sueños 8 el cielo 9 una ventana rota



t

1 en abril la tierra tiene las siguientes formas 2 un reloj con los minutos de mi padre en el ejército 3 la sombra de una maleta que señala toda mi vida 4 un vaso transparente donde un santo sueña 5 la obediencia del futuro con los gritos de mi madre 6 incluso hay hojas que se pegan en los dientes



w

1 la altura 2 desde donde 3 las aves caen con miedo 4 desde donde 5 el sol se abre cada mañana 6 desde donde 7 una respuesta corta camina 8 desde donde 9 los claros de la ciudad resplandecen 10 desde donde 11 las cosas aparecen siempre nítidas 12 desde donde 13 las palomas se mueven como migajas 14 esta altura 15 que alcanzamos 16 no es nuestra altura



y

Aquello sea sin ser más
César Vallejo

1 todo es del mismo color del mismo ser de menos 2 ser de menos sin ser más sin ser más de lo que es 3 el recuerdo de un viaje que jamás empezó 4 las flores del jardín que nunca se abrieron 5 los paseos por un campo que no existieron sino en mí 6 las hojas del camino no fueron más que un sueño 7 tantos detalles de una vida supuesta la que es sin ser más



Contacto



Twitter: @vladimir_alva

Dany Cruz



DANY CRUZ

Biografía

(Piura, 1983). Poeta y editor. Estudió Humanidades y Filosofía en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya SJ, Lima. Es autor del libro Rueca del Insomnio (Lima: Pakarina, 2013), que obtuvo una mención honrosa en el Premio Nacional de Poesía PUCP 2007. En su más reciente publicación,con el título Nuevo Sol (Lima: Pakarina y CortaRama, 2015), Dany Cruz vuelve a explorar los límites formales y materiales del verso (y la versificación), esta vez en el estrechísimo espacio del hai-ku, poema breve de origen japonés cuya introducción a la lengua castellana fue realizada hace un siglo por el poeta mexicano José Tablada. Si en Rueca del Insomnio prima la atmósfera cargada de penumbra y de misterio, en Nuevo Sol, en cambio, todo es resplandeciente, más llano y transparente, precisamente porque se trata de una luz renovada y renovadora. Pero la exploración poética de Cruz no ha sido solo un recorrido por las formas canónicas y clásicas, que revela sus afinidades con las tradiciones latinoamericana e hispanoamericana. También ha explorado el verso libre de aliento conversacional, donde el yo se diluye hasta perderse en la polifonía, como en Colán y los despistados (Lima:CortaRama, 2006), o sus primeros escarceos con el verso breve y parco, íntimo, que expresa el desencanto y la desolación interior, como en Desencuentro (Piura: CortaRama, 2003). Poemas suyos aparecen en Ausente ardor de arena & algarrobos. Antología de la poesía piurana contemporánea (2017).



Sus poemas

Descabezado

Sé que un día fui a la playa
Y olvidé el abecedario aturdido por la arena ardiente
La mar: la mar entraba a saco por mis venas
Y una malagua se escurría hasta dejar mi vientre intacto y reluciente
Entonces miré mis manos (solo por ver si aún las tenía
(aun cuando no fuera necesario
Y en el extremo de mis dedos reconocí al Sol los anillos de Saturno
Tu ropa de baño morena no era más mi fiebre mi sopor
Una ola infinita suspensa en mi pupila
Y tu navegando sobre la caparazón de una tortuga divina



Olor a bodega antigua

La tierra húmeda el barro la arena mojada
mis travesías cuesta arriba
una botella de aceite un kilo de camote una aguja capotera un metro de naylon
con el vuelto cómprate un par de bolichas
esa cuesta una callecita sin nombre sin peldaños bajo la lluvia estación duradera
correr cuesta arriba sin más corceles que el propio aurigaba librado a su propio ímpetu mañanero
el Sol doraba tus cabellos tus pies bien asentados en la tierra correr es un juego
hasta levantar vuelo —amanece por segunda vez en Mercurio—
en la esquina una vedera de cemento medio metro arriba de la tierra
manzanas rosales y nísperos codicia de mis encias precoces (no eres más un pirañita)
veinte pasos hacia la izquierda subir galopante por la calle Salaverry —por el poeta, por el puerto—
veinte pasos hacia la derecha seguir subiendo por aquella bajada de adoquines invisibles que suenan como un piano tremolante a tu paso canta frena en seco vuela si caes
no te rompas la cabeza en el filo de la vereda nadie te ve caer, cometa de papel
nadie percibe tus pasos ni tu sangre veloz
solo fuiste a por el mandado —compraste clavos donde don Néstor, que te llamó panamo y, tras una pausa solemne (pomos llenos de bolichas, pitas para los trompos, arreos para las mulas),
panamito—por tu forma de frejol frijol ese aroma sereno de las semillas.



Ch’ulla

Coloca, despacio, la redonda palabra sobre el vacío sin fondo.
Distendida, así, se aleja de ti, te expulsa de tu voz.
Te devuelve.
Ahora te escucha murmurar como un rumor de alas o de rocas
bajando por las faldas de la noche sinuosa hasta la quebrada de este hallazgo.
Te oye y envuelve tu corazón entre el tabique y el martillo.
Hablas más bien como un extranjero.
Hablas en vez de mí con palabras rotas, desojadas en el pozo de las magnolias.
Me llevas hasta la serenidad de la que despierta en la transparencia
de su más remoto sueño. Ya no echarás de menos estas manos:
una suelta de otra, se parten en pedazos y son cometas que se desintegran
y entran en un nuevo estado de ser, llenas de presagios: ellas,
que presagian la suma y etérea impaciencia del silencio, callan
y tus ojos, estrellas nebulosas, se abisman en el entrecejo del misterio.
¿De qué lado del silencio estás, junto a una ventana
que avanza a tramos fijos, que se detiene
entre los nardos, mariposa opaca e invisible? Discurres
cual la Luna, sabiendo que asciendes, con la experiencia en manojos,
aplicas inyectables entre frascos de canela,
entre onzas, al menos; en cualquier caso: sabes que el miedo que se siente
al soñar es un miedo verdadero. Ya no digo tu ausencia.
Debo llevar a cabo esta tarea, Julia, lograr, digo,
querer con cariño de querencia este silencio,
o faltar, arriba o abajo de las cúpulas,
fijo numen luminoso, nuestro corazón,
esta palabra tendida, idéntica a ti y a tu silencio.



Destierro

A Antonio Cisneros, in memoriam

Mi mano arde, alta,
transparente a todas las luces,
más liviana que todos los espectros.

Las semillas se quedaron en mi garganta.
De ella brotan los árboles frutales:
naranjas doradas que aturden
con su brillo a todos los impostores,
incluido mi pie y sus zapatitos de charol prestados.

No hay centro para este universo.
La ola que rompió su propio equilibro
dura para siempre y no despierta queja.

He conocido todas las formas del encierro:
mis huesos duraron más que todos los fardos
y han aprendido
que resisten todas las enredaderas
todas las lianas
todas las raíces
todas las aguas

Pasajero varado en las fronteras difusas
de los días y las noches
reviso la redondez de mis piedras
y pulo sus lomos irascibles
para que los hombres conozcan el invierno
y las mujeres alumbren el verano
cada día

Camino con las manos en el cielo y los pies
colgando hacia la tierra



De profundis

Volví a desprenderme de la viga: mis manos
no lograban asirse a ninguna palabra más.
Me dejé caer en el vacío infinito. Confundí
el vértigo de la caída con la locura de los místicos.
Mi cuerpo se desintegraba en partículas de luz.
No fue sino hasta que me hube vuelto incorpóreo
que llegué a toparme con la Voz.

Supe que había llegado al fondo:
que más abajo ya no podría descender.
Todo era plano, como las piedras
que daban consistencia al eco. La Voz,
callada como el mar o como una sombra,
empozaba su ponzoña en mis oídos: me taladraba
el intestino con un reclamo de siglos y siglos;
me advertía de augurios y presagios
desatendidos por los notables de las comarcas
aledañas a mi sangre.
Al principio mi garganta
repetía el mismo rumor: campanillas sueltas
pululaban entre los árboles sombríos. Pude distinguir
los ojos de Dante, obnubilado con la guía
de un sátrapa erudito que había usurpado
la identidad de Virgilio. Me abstuve de perturbarlo:
la Voz me llamó a prudencia.
Dócilmente, el florentino
se dejaba llevar por canteras y peñascales
con una obsesión firme que, era notorio,
confundía con la determinación divina de un destino.

No hay tal, escuché gruñir a la Voz:
la mente de los hombres
nada sabe de lo insondable. A menudo llaman insondable
a su desgano y a su temor. No hay nacimiento ni muerte.
Solo el silencio imperturbable de la Voz
que calla para ir más allá de sí misma, allende
ningún poeta llegará jamás.



Plan para un poema arácnido

Tema: picadura de araña
Lugar: parte interna posterior del muslo derecho
Esquema formal: ocho líneas
Esquema material: Quiaismo y paralelismo
Sensaciones: Adormecimiento, placer venenoso
Advertencia: evite el endecasílabo
Musa a invocar: la Musaraña
Título: Aracné






Contacto



Twitter: @kronnopius


Francois Villanueva Paravicino


FRANCOIS VILLANUEVA PARAVICINO

Biografía


Escritor peruano (Ayacucho, 1989). Bachiller en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Finalista del I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América “Los jóvenes cuentan” (2007). Textos suyos aparecen en la antología Recitales “Ese Puerto Existe”, muestra poética 2010-2011 (2013). Ha publicado el libro de relatos Cuentos del Vraem (2017) y el poemario El cautivo de blanco (2018); además publicó en Amazon su primera novela Los bajos mundos (2018). Actualmente cursa la Maestría en Escritura Creativa de la UNMSM.


Sus poemas


Luna de azul marino

La luna titilante me observa con soberbia
Es una amiga cariñosa ante mis delirios
Una alegría en sus senos de Valdelirios
Creo ella es dulce, tan pura, muy sabia.

Oculta la sonrisa, ella tan triste canta
Con una lágrima de andaluz eufonía
Con el vendaval harto la atormenta
Las grises canciones son su manía.

Las serias razones no existen a su lado
Es mejor voltear hacia la hoja en blanco
Olvidar las espinas escarlatas del pasado
Y embriagarse con las ideas del bardo.

Distinguir la luz en el largo camino
Que nos espera como el fiel canino
Tras sendas horas de trabajo cansino
De una luna de color azul marino.



Autocontrol

No puedo dominar mis instintos
No los controlo ni queriendo
Las palabras sucias, las malas ideas
Son pan de cada día y trémulo
Dudo de todo demasiado, demasiado
Me adentro a la mundanal bulla
Enmarrocado ante lo flamígero
Creo que no nací para esto y dale
Eternizo cargando cántaros llenos
Con una tenia devorando mi testa
Flaco, enjuto, eso me tiene así
Sin poder luchar, sin trofeos
Qué te pasa, alucinado, preguntan
Has nacido tarde, el horizonte
Crece rojo como dos tiranos
Cabalgando tres triciclos tristes
Tus horas son otras mañanas
Donde todos eran un reformatorio
Mala vida, hoy necesitas autocontrol.



La flor sepultada

He sepultado la flor de tu amor entre la hierba azul
Estaba marchita y, lo siniestro, tenía tres rostros
El primero era de adonis cual estatua de mármol
El segundo era sublime cual la melodía del edén
Y el último, el más dominante, era espeluznante
Como el endriago, mitad humano, mitad animal
La tenía aferrado a mi pecho como un hijo agónico
Y me quité las vendas para sentirla en la ardua lluvia 
Dormí, desperté, y volví sin fe donde la sepultada
Tras silencios de siglos, tras distancias eternas
Como un viajero regresa a la montaña del alma
Luego de resucitar con otra conciencia oscura
La desenterré con presteza y lágrimas en los ojos
Tratando de recordar el verdadero valor del tesoro 
Encontré fatídicamente cenizas, polvo y calaveras
Pero no aquella flor marchita de tres rostros, ¡no!
Así es la esperanza en el amor no destinado
Como una Babel se encumbra para derrumbarse
Y si la entierras en lo más oscuro de tu corazón
Al final desaparecerá entre la aberración eterna.



Vértigo aéreo

Las ramas vistan lejanas las ranas
Y la lluvia de las carnales
No mojan el césped
Del manicomio.

Como la mar, el barco baila
En los murales celestes
De Eiffel nocturno
Alto ebrio.

El crepúsculo es harto más bello
Desde la Luna Satelital
Se borran los tonos
Del despertador.

Un rapsoda montó ligero
Su Nave Espacial
Y se desmayó
Expiró.

Los rosales canjean ternuras
Y vista desde arriba
Son microbios
Sin vida.

Soy un ogro de ancha mirada
Que teme a su estatura
Y tiene una risa
Ocultada.



El amor inadvertido

Escucho un murmullo, un susurrar, una sinfonía
Es del viento precipitarse con las flores, ligero
Del río avanzar en el paraíso con grata melodía
De la lluvia caer sobre la pradera; sí que te quiero
…Te quiero…

Escucho el pathos desde lo más profundo de mí ser
Es el cisne negro, la inspiración de la desesperación
Eres tú, mi querida, que me solivianta a querer
Te escucho amor que me llamas con eterna pasión
…Eres el soplo de mi luz…

¿Dónde te hallo? ¿En la de la nariz aquilina o respingada?
¿En ella? ¿En la de los preciosos ojos, acaso en ella?
¿En ese labio abrumador? Entonces, ¿en aquella sonrisa?
¿Allende en el horizonte? ¿O allende bajo las flores?
…Amor inadvertido, dónde estás…

Fulgor que has latido fuerte cuando no debiste existir
Aire que te has instalado perenne en mí, y te has ido
Vehemencia de esos ardores que no regresan más, jamás
Amor que nunca vi, tan difícil de hallar, ¿dónde estás?
…Sentimiento efímero y eterno, qué nunca he de hallar…

El firmamento es tan pequeño ante mis ojos, infinito es
El mar, tan voluptuosa, sus olas a mis pies van a colisionar
El crepúsculo, el cielo divino, la brisa, y la gloria no es
Volteo, ella aún duerme: es la fría presencia ausente
…Mía, has pasado inadvertido, sólo Mía…



Días de cobardía

Me refugio temeroso en el vino de los crucificados
En las lágrimas de las doncellas nostálgicas
En las pinturas de óleos mortuorios 
Y en el clamor de las cárceles.

Nado en el mar de dragones y sirenas del Índico
Sin más laberintos áridos que franquear
Sin altares divinos que rezar
Y pétalos que deleitar.

La llave de la libertad está a metros de la celda
Como Dionisio está feliz con las nínfulas
Todo es oscuro, nada es luz
Sin Mal sin Bien.

De poco estoy hartado, ansío más y más
Sumergido en un somnífero azul
Me ahogo en un cáliz etéreo
Cual ansía inmortal.

Hay moscardones que vuelan sobre mis labios
No confío ya en las apariencias, sino me cuido el alma
Ahora no existen crepúsculos tiernos, ni el tesoro vive en el mar
Estoy ciego, soy mudo, no escucho, y tengo miedo de las horas. ¡Oídme!


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