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ESCRITO EN MAYÚSCULA es un blog que intenta ayudar con la difusión de cualquier expresión artística sin discriminar a los autores aficionados. Se abarcará desde poesía, narrativa, música, etc. Y contaremos con entrevistas donde el autor contara por sí mismo la creación de su propia obra.

Federico García Lorca

Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio.

(La Sombra del Viento) Carlos Ruiz Zafón

Cada libro, cada volumen que ves aquí, tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien baja sus ojos a las páginas, su espíritu crece y se fortalece.

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Les ofreceremos entrevistas de nuestros colaboradores para que conozcan su obra y accedan a ella.

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Les ofreceremos entrevistas de nuestros colaboradores para que conozcan su obra y accedan a ella.

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Somos apenas un granito de arena, intentando hacer algo por el bien de nuestra existencia.

martes, junio 18, 2019

Roy Alfonso Vega Jácome


ROY ALFONSO VEGA JÁCOME


Biografía


(Lima, Perú, 1988). Egresado de Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado los siguientes libros: Rumores de un arpa retorciéndose en la hoguera (Lima, Dedo Crítico, 2014; mención honrosa en el VII Concurso Nacional de Poesía José Watanabe Varas de la Asociación Peruano Japonesa), Muestra de arte disecado (Lima, Ediciones Copé, 2016; Premio Copé de Plata de la XVII Bienal de Poesía de Petroperú) y Etapas del espíritu / Runas grabadas en la piel (Trujillo, Cuadernos Trimestrales de Poesía, 2017; X edición del Premio El Poeta Joven del Perú). Textos suyos han aparecido en las antologías Recitales “Ese puerto existe”. Muestra poética (Perú) y Versos en el aire V (España), así como en las siguientes revistas y páginas web: Lucerna, Ínsula Barataria, Dosis Cultural, Punto y Coma, Ángeles de Papel, Molok y Vallejo & Co. (todas de Perú), Liberoamérica (España), Bitácora de Vuelos, Editorial Búho Negro e Ibídem (todas de México), La Poesía Alcanza (Argentina) y Álastor (Nicaragua).


Sus poemas



laberinto de hojas secas
                                            De Rumores de un arpa retorciéndose en la hoguera (2014)
porque las rejas trascienden su dominio,
me refugio en tu costra callada.
     porque la soga y la sequía interna
no me dan indicios ni razones,
me envuelvo en tu marea invisible.
     lilas muertas:
tal es tu olor en la distancia,
mientras te aguardo como una letra descolorida por el tiempo,
mientras yace nuestro vástago engendrado
por el engaño y la paciencia de escuchar.
     porque pareces confundirte con las llamas azules,
no encuentro tus moldes al tantear el agrio calor,
no te encuentro al insertarme en el fuego enrejado
(presiento tus humos blancos develando signos
e incrustándose como espadas en el mediodía insomne).
     porque trato de hallar
la precisa forma de percibirte,
te describo en mi voraz ignorancia
y no sé si eres cárcel o vuelo.



18
                                            De Rumores de un arpa retorciéndose en la hoguera (2014)

difícilmente probemos del mismo cuenco
fuiste ya prometida a otro sacrílego
difícilmente creamos en lo mismo
te inclinabas en el atrio para comulgar
secabas tus ropas en perfecto orden
señalabas un trazo que no recorreré
fuiste ya prometida a otro sacrílego
el violinista de hombros acolchados
¿podría atravesar un florete en sus axilas?
tu lápida murmura respuestas
en el reino de jardines colgantes
habría besado tus párpados de arena
habría sorbido la úlcera que estalló en ti
la coraza del campo tomó tus cabellos
yo los acariciaba con dedos rojos
tú blanca respuesta de pies agusanados
hay puntos luminosos que nos cercan



fragmentos de un demonio azul
De Muestra de arte disecado (2016)

el tiempo extiende sus hebillas
y desempolva la imagen de un leproso
que almacena jirones de piel.



poema en el que la muerte emana un intenso aroma a lodo
                                                      De Muestra de arte disecado (2016)
la muerte se descubre en las cavernas,
en esto que llamamos hogar.
aquí reposan sus gérmenes tibios, sus tentáculos,
su dulce manera de aparecer en los rincones grises.
adopta diversos nombres,
domestica las chispas del fuego que nos ilumina y nos observa,
abre surcos en el pasado,
envuelve nuestros alimentos con su hálito burbujeante.
he oído decir
que es la verdad más poderosa,
que debe ser venerada y temida,
que gracias a ella disponemos de un refugio
construido sobre huesos devorados por la tierra.
algunas noches los hombres más viejos
suelen colocar cráneos vacíos alrededor de las hogueras.
entre murmullos, dicen que las estrellas han cambiado de rostro
y por ello debemos entregarles un presente
que mantenga el equilibrio del encierro.
ellos la conocen mejor que nadie:
varias veces han husmeado sus puertas,
preguntándose cuándo llegará el día en el que compartirán
la quietud de los barrancos.
ella está aquí en este momento, a mi lado,
mientras abro el estómago de una oruga
y unto mis dedos con su sangre.
ella sabe que intento colorear sus mejillas,
que pronto dibujaré sus formas en este muro,
tratando de hallar un respiro que nos separe
o nos vuelva a juntar cuando las hogueras
dejen de observarnos con sus ojos de lince.



 (palabras del maestro)
De Etapas del espíritu / Runas grabadas en la piel (2017)

así también puede suceder
que una y otra cara no te den las respuestas.
prueba entonces escribiendo las letras al revés:
será algo así como otorgarle
 una pequeña música a tu alma.

«trato de recordar las melodías de mi infancia, cuando mi madre me sostenía en sus brazos y se convertía en una coraza de seda y diamantes.
hay claroscuros en mi memoria, hondos pasajes con enredaderas y algo parecido a un rito a orillas de un lago. hubo claroscuros en mi vida.
alguna vez conocí a una muchacha delgada y miope. ella me enseñó el calor de las grutas alejadas. allí realizamos breves simulacros de felicidad, tenues ejercicios de la carne, siempre con algo de temor.
pero pasó el tiempo y ella escapó al sur con sus padres. nunca más volví a saber de su cabello, de sus traumas, de sus gafas teñidas con el vapor primaveral.
desde aquel día han pasado años o siglos: aquí los relojes son como embudos que no conducen a ninguna parte. fuera de mis recuerdos se halla la distorsión, la oblonga realidad de los barrotes y los cuartos oscuros.
ahora tengo la leve certeza de que estas máscaras que me vigilan, poco a poco me devolverán el reflejo de aquello que con torpeza he tratado de buscar.
entonces volveré a sumergirme en el aroma rosado de mi madre, en el palpitante regazo de la joven que amé alguna vez, en el sabor de los peces diminutos.
son etapas del espíritu, manantiales oxidados, restos de una agonía que lentamente calla y sonríe».


antielegía a vincent van gogh
                                           De Etapas del espíritu / Runas grabadas en la piel (2017)

en la belladona de tu resistencia.
Hildebrando Pérez

vincent, durante su joven adultez,
quiso ser un pastor de almas.
luego se dio cuenta de que nadie necesitaba de él
y que él necesitaba de todos, de théo.
sin embargo, no lo quiso admitir
y sus últimas reservas de amor las quemó con una prima insatisfecha, temerosa,
eterna admiradora de los prados de escarcha y los valores puritanos.
fue un romántico persistente
y luego, abatido y pelirrojo como nunca,
acudió a los brazos de sien,
aquella dama de carboncillo que, embarazada,
solía fumar con placer y resignación un cigarro cada noche.
fue enfermo, pobre, miserable,
y su castidad la consagró a los colores,
a la penetración en la naturaleza,
a la automutilación y el disparo en una zona del cuerpo
que acaso le recordó los pavores de su viejo amigo jesucristo camino al gólgota.
hoy he querido recordarlo
porque los cipreses aún existen,
y el insomnio que me obliga a mirar el cielo nocturno
me ha enseñado que los bólidos de luz
que vincent secuestró en saint-rémy y arlés
siguen siendo lejanos, pero cuán dulces y solemnes.
todo poema enmudece frente a ellos.



***
                                                           (Texto Inédito)
Caminamos
hombro a hombro,
llevando como un farol
la Carta a los Efesios.
Lejos del tiempo hostil
y la gran ciudad,
nos replegamos
en las frases iluminadoras
de Pablo de Tarso.
Qué maravilloso
cambiar de nombre
y cambiar de vida
cuando el Padre
así lo dispone.
Querida mía:
el ser humano
es la mejor materia
de transformación.


***
                                                                  (Texto Inédito)

Tengo una prótesis en el espíritu.
Palidece toda tentativa de respuesta.
Me han dicho que exprese lo que siento.
Como un tren aguardando la temida oscuridad del túnel.
Me han dicho que la mejor terapia es la ausencia.
Que el flagelo poco importa bajo la lupa del atardecer.
No buscaré razones en esta blancura inextinguible.
Lo pasado se guarda en lo más hondo y termina por consumirse.
Al igual que los acordes de tu llegada y despedida.
Te recostabas en el mostrador natural como una crisálida.
Tumbada en la hierba que habría de inflamar tus vísceras.
Ambos reposábamos en un puñado de maderos oblicuos.
El diván es la mejor coraza para aquellos que no definen el tiempo.


Contacto












lunes, junio 10, 2019

Vladimir Litmam Alvarado Ramos


VLADIMIR LITMAM ALVARADO RAMOS

Biografía

(Arequipa, 1990). Poeta. Bachiller en Historia y licenciado en Literatura y Lingüística por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa con la tesis “Sin ley no hay transgresión: una aproximación psicoanalítica al cuento Tic-Tac de Gastón Aguirre Morales”. Co-dirigió la Revista Interdisciplinaria de Historia Ojos de Clío. 

Primer puesto en los Juegos Florales Universitarios de la UNSA categoría Poesía (2014). 
Primer puesto en la categoría poesía en los Juegos Florales de la Juventud organizados por la Municipalidad Provincial de Arequipa (2017). 

Dirige el blog de creación literaria La miseria es una mariposa
Ha publicado en poesía "El designio mayor de poema" (2013) y "La visión de la iguana" (2018). 


Sus poemas


De La visión de la iguana


a

1 dejar el deseo en las alas de una mosca 2 dejar la culpa en la cabeza de un clavo 3.1 un túnel largo 3.2 en un cenicero de plata 3.3 lo que no quiere decir nada 4 curado de un amor incierto 5 que colgado del orgullo 6 nos sigue hiriendo 7 como a un recién nacido 8 hinchado por el frío 9.1 un túnel largo 9.2 en un cenicero de plata 9.3 lo que no quiere decir nada 10 esplendor 11 el asfalto la frente de un vagabundo 12 esplendor 13 el barro en las puertas del albergue 14 de charcos lanzado por la ilusión 15 siempre héroe para nosotros 16 cerca del viejo alud cerca del viejo seno 17 que no se siente que no se oye 18 la secuencia de los ritmos 19 en un pozo de círculos 20 como cálculo aparte 21 esplendor 22 los fetos carbonizados 23 sobre los tejados de cinc 24 esplendor 25 un andén como orquesta 26 quizás lo peor de todo 27 un túnel largo


c

1.1 en una casa de campo 1.2 donde me encerraron 1.3 a los ocho o nueve años 1.4 conocí el silencio 1.5 deje mi alta palabra 1.6 en el cerrojo de la puerta 2.1 en una grada de piedra 2.2 donde las aves cantan 2.3 de noche o de día 2.4 aprendí de mi alma 2.5 con el fétido olor 2.6 de una pierna rota 3.1 en una calle con cruces 3.2 donde no crecen flores 3.3 sino entre las grietas 3.4 enseñé botánica 3.5 con todo mi cuerpo 3.6 como rama rota 4.1 en un salón antiguo 4.2 rodeado de una multitud 4.3 sin nombres en los rostros 4.4 escuché a la maldad 4.5 la enfermedad ilustró 4.6 todo lo que pude leer



d

1 nunca logré arrojar la angustia por la ventana 2 te importa mucho esas bestias heridas 3 esas luces apagadas cerca de nosotros 4.1 tu voz escarlata nació con ira 4.2 tu voz es música del ritmo primero 4.3 tu voz maldice la bondad del mundo 4.4 tu voz cruje la tierra sobre un gran bastón



j

1 una sombra empuja las aguas 2 hacia los altos del abismo 3 donde no es un enigma esta hoja 4 menos que los otros libros sagrados 5 algo en el regreso de una promesa 6 tal vez el canto a una piedra de río 7 después la esperanza 8 es carne es hueso 9 tuerzo la fortuna para mi bien 10 con el seco tropel de las cinco 11 una cruz de papel una voz de miel 12 me arrastro hasta la puerta abierta 13 allí veo la sombra de la guerra 14 con una roja red en la espalda 15 con el furor en la piel como derrota 16 que se adelanta segura 17 es el fuego es el ruego 18 no quema mi cuerpo 19 pero recuerdo 20 cuál es su norma cuál es su patria 21 surge de la aurora es la aurora 22 consume un árbol del camino 23 lo mismo hace con un niño 24 son pocas 25 sus muertes sus aguas



k

1 hoy estoy aquí 2.1 en la calle que afila sus dientes con el viento 2.2 harto del llanto harto del culto 3.1 en un barco que flota en los ojos de un muerto 3.2 recién zafado recién fletado 4.1 en una flor que crece hacia el fondo de la tierra 4.2 tanto tiempo tanto espacio 5.1 en los días que son la sed interna del mar 5.2 cuando amanece cuando anochece 6 aquella serenidad es un puente 7 el sueño los sueños 8 el cielo 9 una ventana rota



t

1 en abril la tierra tiene las siguientes formas 2 un reloj con los minutos de mi padre en el ejército 3 la sombra de una maleta que señala toda mi vida 4 un vaso transparente donde un santo sueña 5 la obediencia del futuro con los gritos de mi madre 6 incluso hay hojas que se pegan en los dientes



w

1 la altura 2 desde donde 3 las aves caen con miedo 4 desde donde 5 el sol se abre cada mañana 6 desde donde 7 una respuesta corta camina 8 desde donde 9 los claros de la ciudad resplandecen 10 desde donde 11 las cosas aparecen siempre nítidas 12 desde donde 13 las palomas se mueven como migajas 14 esta altura 15 que alcanzamos 16 no es nuestra altura



y

Aquello sea sin ser más
César Vallejo

1 todo es del mismo color del mismo ser de menos 2 ser de menos sin ser más sin ser más de lo que es 3 el recuerdo de un viaje que jamás empezó 4 las flores del jardín que nunca se abrieron 5 los paseos por un campo que no existieron sino en mí 6 las hojas del camino no fueron más que un sueño 7 tantos detalles de una vida supuesta la que es sin ser más



Contacto



Twitter: @vladimir_alva

Dany Cruz



DANY CRUZ

Biografía

(Piura, 1983). Poeta y editor. Estudió Humanidades y Filosofía en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya SJ, Lima. Es autor del libro Rueca del Insomnio (Lima: Pakarina, 2013), que obtuvo una mención honrosa en el Premio Nacional de Poesía PUCP 2007. En su más reciente publicación,con el título Nuevo Sol (Lima: Pakarina y CortaRama, 2015), Dany Cruz vuelve a explorar los límites formales y materiales del verso (y la versificación), esta vez en el estrechísimo espacio del hai-ku, poema breve de origen japonés cuya introducción a la lengua castellana fue realizada hace un siglo por el poeta mexicano José Tablada. Si en Rueca del Insomnio prima la atmósfera cargada de penumbra y de misterio, en Nuevo Sol, en cambio, todo es resplandeciente, más llano y transparente, precisamente porque se trata de una luz renovada y renovadora. Pero la exploración poética de Cruz no ha sido solo un recorrido por las formas canónicas y clásicas, que revela sus afinidades con las tradiciones latinoamericana e hispanoamericana. También ha explorado el verso libre de aliento conversacional, donde el yo se diluye hasta perderse en la polifonía, como en Colán y los despistados (Lima:CortaRama, 2006), o sus primeros escarceos con el verso breve y parco, íntimo, que expresa el desencanto y la desolación interior, como en Desencuentro (Piura: CortaRama, 2003). Poemas suyos aparecen en Ausente ardor de arena & algarrobos. Antología de la poesía piurana contemporánea (2017).



Sus poemas

Descabezado

Sé que un día fui a la playa
Y olvidé el abecedario aturdido por la arena ardiente
La mar: la mar entraba a saco por mis venas
Y una malagua se escurría hasta dejar mi vientre intacto y reluciente
Entonces miré mis manos (solo por ver si aún las tenía
(aun cuando no fuera necesario
Y en el extremo de mis dedos reconocí al Sol los anillos de Saturno
Tu ropa de baño morena no era más mi fiebre mi sopor
Una ola infinita suspensa en mi pupila
Y tu navegando sobre la caparazón de una tortuga divina



Olor a bodega antigua

La tierra húmeda el barro la arena mojada
mis travesías cuesta arriba
una botella de aceite un kilo de camote una aguja capotera un metro de naylon
con el vuelto cómprate un par de bolichas
esa cuesta una callecita sin nombre sin peldaños bajo la lluvia estación duradera
correr cuesta arriba sin más corceles que el propio aurigaba librado a su propio ímpetu mañanero
el Sol doraba tus cabellos tus pies bien asentados en la tierra correr es un juego
hasta levantar vuelo —amanece por segunda vez en Mercurio—
en la esquina una vedera de cemento medio metro arriba de la tierra
manzanas rosales y nísperos codicia de mis encias precoces (no eres más un pirañita)
veinte pasos hacia la izquierda subir galopante por la calle Salaverry —por el poeta, por el puerto—
veinte pasos hacia la derecha seguir subiendo por aquella bajada de adoquines invisibles que suenan como un piano tremolante a tu paso canta frena en seco vuela si caes
no te rompas la cabeza en el filo de la vereda nadie te ve caer, cometa de papel
nadie percibe tus pasos ni tu sangre veloz
solo fuiste a por el mandado —compraste clavos donde don Néstor, que te llamó panamo y, tras una pausa solemne (pomos llenos de bolichas, pitas para los trompos, arreos para las mulas),
panamito—por tu forma de frejol frijol ese aroma sereno de las semillas.



Ch’ulla

Coloca, despacio, la redonda palabra sobre el vacío sin fondo.
Distendida, así, se aleja de ti, te expulsa de tu voz.
Te devuelve.
Ahora te escucha murmurar como un rumor de alas o de rocas
bajando por las faldas de la noche sinuosa hasta la quebrada de este hallazgo.
Te oye y envuelve tu corazón entre el tabique y el martillo.
Hablas más bien como un extranjero.
Hablas en vez de mí con palabras rotas, desojadas en el pozo de las magnolias.
Me llevas hasta la serenidad de la que despierta en la transparencia
de su más remoto sueño. Ya no echarás de menos estas manos:
una suelta de otra, se parten en pedazos y son cometas que se desintegran
y entran en un nuevo estado de ser, llenas de presagios: ellas,
que presagian la suma y etérea impaciencia del silencio, callan
y tus ojos, estrellas nebulosas, se abisman en el entrecejo del misterio.
¿De qué lado del silencio estás, junto a una ventana
que avanza a tramos fijos, que se detiene
entre los nardos, mariposa opaca e invisible? Discurres
cual la Luna, sabiendo que asciendes, con la experiencia en manojos,
aplicas inyectables entre frascos de canela,
entre onzas, al menos; en cualquier caso: sabes que el miedo que se siente
al soñar es un miedo verdadero. Ya no digo tu ausencia.
Debo llevar a cabo esta tarea, Julia, lograr, digo,
querer con cariño de querencia este silencio,
o faltar, arriba o abajo de las cúpulas,
fijo numen luminoso, nuestro corazón,
esta palabra tendida, idéntica a ti y a tu silencio.



Destierro

A Antonio Cisneros, in memoriam

Mi mano arde, alta,
transparente a todas las luces,
más liviana que todos los espectros.

Las semillas se quedaron en mi garganta.
De ella brotan los árboles frutales:
naranjas doradas que aturden
con su brillo a todos los impostores,
incluido mi pie y sus zapatitos de charol prestados.

No hay centro para este universo.
La ola que rompió su propio equilibro
dura para siempre y no despierta queja.

He conocido todas las formas del encierro:
mis huesos duraron más que todos los fardos
y han aprendido
que resisten todas las enredaderas
todas las lianas
todas las raíces
todas las aguas

Pasajero varado en las fronteras difusas
de los días y las noches
reviso la redondez de mis piedras
y pulo sus lomos irascibles
para que los hombres conozcan el invierno
y las mujeres alumbren el verano
cada día

Camino con las manos en el cielo y los pies
colgando hacia la tierra



De profundis

Volví a desprenderme de la viga: mis manos
no lograban asirse a ninguna palabra más.
Me dejé caer en el vacío infinito. Confundí
el vértigo de la caída con la locura de los místicos.
Mi cuerpo se desintegraba en partículas de luz.
No fue sino hasta que me hube vuelto incorpóreo
que llegué a toparme con la Voz.

Supe que había llegado al fondo:
que más abajo ya no podría descender.
Todo era plano, como las piedras
que daban consistencia al eco. La Voz,
callada como el mar o como una sombra,
empozaba su ponzoña en mis oídos: me taladraba
el intestino con un reclamo de siglos y siglos;
me advertía de augurios y presagios
desatendidos por los notables de las comarcas
aledañas a mi sangre.
Al principio mi garganta
repetía el mismo rumor: campanillas sueltas
pululaban entre los árboles sombríos. Pude distinguir
los ojos de Dante, obnubilado con la guía
de un sátrapa erudito que había usurpado
la identidad de Virgilio. Me abstuve de perturbarlo:
la Voz me llamó a prudencia.
Dócilmente, el florentino
se dejaba llevar por canteras y peñascales
con una obsesión firme que, era notorio,
confundía con la determinación divina de un destino.

No hay tal, escuché gruñir a la Voz:
la mente de los hombres
nada sabe de lo insondable. A menudo llaman insondable
a su desgano y a su temor. No hay nacimiento ni muerte.
Solo el silencio imperturbable de la Voz
que calla para ir más allá de sí misma, allende
ningún poeta llegará jamás.



Plan para un poema arácnido

Tema: picadura de araña
Lugar: parte interna posterior del muslo derecho
Esquema formal: ocho líneas
Esquema material: Quiaismo y paralelismo
Sensaciones: Adormecimiento, placer venenoso
Advertencia: evite el endecasílabo
Musa a invocar: la Musaraña
Título: Aracné






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